El pasado sábado tuve la gran alegría de volver a encontrarme con amigos de la primera juventud, con quienes compartí en el Aspirantado Salesiano, en el marco del día del Aspirante que venimos celebrando desde hace varios años atrás.
La reunión se realizó en la Casa que nos cobijó, en mi caso 1973 y 1974, en donde recibimos no solo formación religiosa para ser buenos católicos sino a ser por ende buenas personas.
Muchos no perseveramos en nuestra temprana vocación pero siempre hubo quienes sí lo hicieron como los Padres Pedro y Alberto, presentes el último sábado, quienes con entrega y sacrificio representan el trabajo de los sacerdotes y formadores que nos antecedieron
Hoy el panorama es difícil, la mencionada Casa antes llena, hoy luce vacía por falta de vocaciones sacerdotales en un mundo donde prima lo material y lo superfluo, en la que la vocación de servicio ha ido menguando.
Ello es un grave problema al que la Iglesia Católica debe una propuesta y por ende una respuesta. Desgraciadamente ella no es lo oportuna ni contundente y algunos miembros de la Jerarquía equivocan la estrategia para solucionar esta situación.
Adaptarnos a los tiempos no significa ceder en nuestros Valores y menos la forma del mensaje debe sobreponerse al fondo. Urge nuevas respuestas que nos devuelvan a la verdadera esencia del Catolicismo y desterrar la mal llamada teología de "la liberación" y dejar de promover agendas que no representan nuestros Valores.
Mientras tanto, se debería recurrir a católicos laicos para apoyar ciertas tareas de la Iglesia ante la falta de sacerdotes. Mirando a mi alrededor el último sábado vi cuántos de mis antiguos compañeros podrían aportar su experiencia y valía de vida.
Lo dicho responde a una coyuntura, sin embargo ello no debe hacer que dejemos reforzar nuestra Fe y hacer que festividades como el Adviento, la Navidad, la Pascua de Reyes, la Cuaresma y la Semana Santa tengan un sentido festivo pagano sino ante todo y sobre todo de Fe.
Hoy celebramos la Pascua de Reyes, una de las Epifanías que nos recuerda la adoración simbólica de Tres Reyes Magos a Dios hecho Hombre. Una señal de confirmación de su Grandeza y Divinidad.
Hoy mis amigos españoles intercambiarán regalos en señal de amistad y fidelidad de la misma y nosotros, como antaño, reunámonos -si el tiempo lo permite- con un buen chocolate caliente y un trozo de Rosca de Reyes.
Feliz y bendecida Bajada de Reyes para todos mis amigos.