Han pasado 39 años de lo sucedido un día 18 de junio de 1986 cuando terroristas presos en diversas cárceles de Lima y Callao se amotinaron aprovechando que el Congreso de la Internacional Socialista se llevaba a cabo en Lima y podría servir de "caja de resonancia".
Las cárceles estaban tomadas por los terroristas con la complacencia de gobiernos incapaces como el que antecedió (la segunda versión del belaundismo) al primer gobierno de Alan García, en el que se produjo este hecho.
Lurigancho, Santa Bárbara y El Frontón no eran centros de reclusión sino como los propios terroristas les llamaban, eran "luminosas trincheras de combate" donde se adoctrinaba, se planeaban atentados y desde dónde -a través de familiares y abogados ("correas de transmisión") - los terroristas tenían contacto con los mandos en libertad.
La Marina de Guerra para el caso de El Frontón y la Guardia Republicana para las otras cárceles recibieron órdenes de debelar esos motines, preparados con anticipación y con el apoyo del exterior. Las órdenes fueron cumplidas con bajas fatales y de graves heridos. En el caso de El Frontón tuvo lugar un enfrentamiento que duró varias horas.
Al término de los operativos, los valerosos marinos y policías fueron atacados por cierta prensa, por los comunistas infiltrados en el Parlamento e incluso con la cobardía de quienes desde el gobierno debieron salir al frente (y no lo hicieron) defendiendo a los que cumplieron con su deber.
Varios de los que intervienen en aquellos operativos murieron sin obtener justicia y reconocimiento y por el contrario fueron perseguidos y juzgados. Un caso emblemático lo fue el del Almirante Luis Giampietri, por citar solo un caso.
La Sociedad y muchos peruanos le dieron la espalda y permitieron con su silencio cobarde esa injusticia. Pocos valientemente hasta ahora luchan por obtener justicia como el caso del Doctor Sergio Tapia, quién incansablemente defiende a los marinos que participaron en El Frontón.
Que hoy no sea un día de silencio ni menos que los cómplices y tontos útiles del terrorismo de los años 80's y 90's sigan propagando mentiras y envileciendo la memoria de nuestros héroes.
Es necesario que el llamado Lugar de la Memoria lo sea de verdad y que patriotas recuerden la gesta de estos peruanos a través de libros, películas y exposiciones. Que la ley de cine, cuya autora es la congresista Adriana Tudela, no sea letra muerta y el Estado no siga financiando mentiras que transforman a asesinos terroristas en líderes políticos o en poetas soñadores.
Hoy más que nunca la ley de Amnistía aprobada a iniciativa del Congresista Jorge Montoya y promovido en la Comisión de Constitución por el Congresista Fernando Rospigliosi sea un camino para resarcir a nuestros héroes perseguidos y estigmatizados.
Hoy 18 de junio es un día de recuerdo del esfuerzo y sacrificio de quienes defendieron al Perú del terrorismo comunista.
#TerrorismoNuncaMás
Viva nuestros héroes!
Viva el Perú!