Una de las tantas caretas que llevan los comunistas de hoy es "la defensa de los consumidores". ¿Contra quién? Evidentemente contra "las empresas" y "a favor" de controles de precios, prohibiciones, cuotas y otras distorsiones con las que pretenden no mejorar la libre competencia sino promocionar un modelo fracasado en todo el mundo.
A lo largo de las últimas décadas en todo el mundo surgieron asociaciones que se arrogaban la representación de millones de personas, llamadas genéricamente "consumidores".
Es cierto que ha habido abusos vía la desinformación o el "dar gato por liebre". Hemos consumido "chocolates" que no eran tales; pero, ¿alguien en su sano juicio podría haber pensado que pagando unos soles podía estar consumiendo productos con 90% de cacao? ¿Falta de información o de sentido común?
Recuerdo una vez haber querido comprar una salsa "en base a queso azul" y al mirar la composición de la misma este queso brillaba por su ausencia. Era lógico que así fuera por el costo del frasco de la salsa.
Sin embargo hay que decir que existen abusos o intentos de engaño como mostrar una gran y jugosa hamburguesa como si fuera la que se vende en una franquicia internacional y encima ponen en letra pequeña "foto referencial". Esto claramente debería ser prohibido y sancionado como mala práctica comercial. Tan igual como ofrecer "leche" y que no lo sea.
Pero el sentido común es el que menos tiene la mayoría de gente y apelando a ello surgen ciertos "defensores" que no buscan consumidores informados sino alienados o envenenados por una propaganda socialistoide.
Lo último que hemos sido testigos son las protestas de ciertos personajes que reclaman por presentaciones menores a un kilo (panetones, arroz, azúcar) o a un litro (yogurt, aceite). Aquí no hay estafa alguna. El peso o volumen está en indicado claramente, salvo para algunos analfabetos funcionales. La razón de ello es tan simple como mantener el precio, sacrificando consumo. De otra forma quizás algunos no podrían comprar un panetón de 1 kilo a 32 o 33 soles, por indicar un ejemplo.
Es necesario por tanto decir las cosas como son, promover que los consumidores se informen y los "consumidores ciudadanos" no se dejen estafar por políticos que no buscan mejorar las cosas sino empeorar las para "llevar agua para su molino rojo".
Finalmente las cosas son simples, un consumidor informado y satisfecho es la mejor manera de que el consumo de un producto o servicio se repita. Basta de "asociaciones" fantasmales que dicen representarnos.

