martes, 24 de junio de 2025

16 AÑOS

 


Mi generación o anteriores, a la salida de la niñez y entrada de la adolescencia, empezaba a vivir y a experimentar tardíamente si comparamos con la actualidad. Era la época de los primeros cigarrillos furtivos o el compartir de una botella de guinda Huaura con los amigos aunque con ello nos ganábamos severas reprimendas de nuestros padres.

En aquellas épocas las familias disfuncionales eran una excepción y las figuras paternas cumplían sus deberes y esto era aceptado y alentado en la Sociedad. Nuestros profesores eran la extensión de la disciplina del hogar y a nadie se le ocurría que no fuera así.

Hoy las cosas son diferentes. Un ser humano, por llamarlo de alguna forma, de 12 años ya ha asesinado a sangre fría por unos cuantos centavos y tiempo antes ha cometido una serie de execrables delitos. Hoy es común que el espejo en el que se miren los niños y adolescentes sean otros delincuentes y no sus padres o maestros.

Entonces penalizar conductas y hechos delictivos cometidos por personas a partir de 16 años ya no es un retroceso. Este ya se dió. No queda otra sino sancionarlo y sacar de circulación a quienes son capaces de tremendos delitos.

Que algunos pretendan que no sea así no solo nos debe llamar la atención sino deben ser objeto de confrontación pues es un reflejo de lo distorsionado que están los valores. Que alguien sea "defensor de los derechos" de sicarios o criminales de todo tipo ya de por sí constituye una inadmisible complicidad que atenta contra el bien común y el derecho a la vida en un caso extremo.

Es por ello que es preocupante que una alguna alta magistrada salga a atacar una ley aprobada para penalizar delitos a partir de los 16 años y no sorprende que oenegeros de un mismo pelaje salgan en defensa de "los derechos" de delincuentes, como en el pasado defendieron abierta o asolapadamente a miserables terroristas.

Fortalecer la familia y no relativizándola es un camino para prevenir delincuentes juveniles así como promover valores, incluyendo el combate frontal contra el asesinato de seres humanos concebidos, hará que el crimen y delito no sea objeto de pretextos a la hora de combatirlos.

No seamos ni ingenuos ni asolapados defensores de la ilegalidad. Qué cientistas sociales expliquen las causas de la delincuencia juvenil es necesario como lo es la acción punitiva contra ésta.


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