La extraña muerte del presunto (aún no se sabe si lo era) colaborador eficaz José Miguel Castro ha traído al recuerdo otras muertes sospechosas que el poder de turno se encargó de dejarlas en el olvido.
No olvidemos el caso ex congresista Mamani, acusó de corrupto al entonces presidente PPK y precipitó su renuncia, quién murió en la pandemia, o del señor Fasabi empleado de la "pareja presidencial"a quien se le acusó de filtrar las famosas agendas de la fugada sentenciada Nadine Heredia y que "apareció muerto" o del caso de Nilo Burga, presidente de una empresa vinculada a un caso de corrupción en la institución Qali Warma ocurrido en este gobierno.
Los cuatro casos nunca fueron esclarecidos y sobre ellos cayó varias toneladas de olvido, algo que favoreció o favorecerá a decenas de implicados que hoy siguen fungiendo de grandes señores y de virginales señoritas.
Todo esto no viene solo pues cabe ya que alguien se pregunte qué han hecho para combatir la corrupción el Ministerio Público y sus mediáticos fiscales o los algo menos visibles pero igual de incapaces jueces del Poder Judicial.
¿Cuántos sentenciados hay ya presos por el sinnúmero de casos de corrupción en los últimos 25 años? ¿Cuántos miles de millones se han cobrado por reparación civil?
Es vergonzoso y enerva ver a la corrupta Susana Villarán libre y "fresca como una lechuga" al igual que actorzuelos y mediáticos personajes que apoyaron ¿gratis?) a "la tía regia". Ahora esos indignados "lavabanderas" no saben nada e incluso ya empiezan a decir que "Susi no dijo lo que dijo o no la entendieron bien" a fin de desdecir la confesión de Villarán ("soy ratera").
¿Hasta cuándo "grandes empresarios, sabelotodo doctores, periodistas informados y mediáticos comunicadores e intelectualoides de medio pelo" seguirán libres, exculpados por una máquina desinformadora"? Hay un caso de un "respetado" ex funcionario de Proinversión condenado en primera instancia a solo 9 años de prisión pero que sigue libre porque "ha apelado".
El silencio cómplice, el mirar a otro lado silbando la canción de moda o el "hacerse el cojudo" son las formas con las que algunos pretenden hacernos ver cómo babosos a quienes reclamamos justicia.
Pronto llegará el día que llueva hacia arriba antes de ver a gente como algunos accionistas del subdecano presos o a "los Tito" purgando sus delitos en el marco del caso Lava Jato.
Solo nos queda recordar al gran Sofocleto y constatar que vivimos en "un mundo de cojudos y del cojudeo".
Mejor escrito, imposible! Que indignante cojudeo jurídico!
ResponderBorrarIndudablemente que la maffia operó de acuerdo a sus códigos.
ResponderBorrarDe acuerdo Tribi. Esta costra nauseabunda de corrupción es un cáncer que debe ser extirpado ya!
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