Nada es casual, todo tiene un por qué, sus causas y consecuencias; el vil y muy aparente asesinato de un testigo protegido no escapa de esta situación.
El día de ayer fue encontrado el cuerpo de un personaje clave en las acusaciones que pesan sobre la corrupta Susana Villarán y una red criminal vinculada a uno de los latrocinios más grandes que ha sufrido el Perú, el llamado caso Lava Jato.
Una infinidad de preguntas quedan flotando y señalan a presuntos asesinos y sus cómplices que por acción o inacción permitieron que sucediese este crimen, al que pretenden encubrir como "suicidio" con una herida de 14 centímetros (!).
A los pocos minutos de sabido el hecho salió un mediático fiscal a decir que el juicio contra la principal acusada en el caso que el asesinado aportaba pruebas podría "caerse". ¿Es que acaso que tras largos años de "colaboración eficaz" aún no se había logrado acopiar pruebas incriminatorias y sobre todo contrastarlas? ¿Qué se ha hecho en estos años aparte de figuretismo?
¿Qué se hizo para proteger la vida de este personaje clave en todo está trama judicial? ¿ O es que acaso la vida de este delincuente arrepentido no era conveniente protegerla? ¿No era conveniente para quién o quiénes? ¿A quiénes había puesto al descubierto el llamado alias Budián? ¿Quiénes aún permanecían ocultos y temían ser denunciados?
Según trascendidos el testigo protegido Castro fue asesinado en su casa; ¿quién era responsable de su seguridad? ¿Cómo es que un probable asesinato como el ocurrido haya podido pasar desapercibido en un tranquilo barrio de Miraflores , estando su padre aparentemente presente en el lugar del crimen? ¿Acaso un degollamiento pudo ser cometido sin mayor ruido y la escena del crimen convenientemente "limpiada" , apareciendo incluso la posible arma homicida?
Alguien tiene que ser responsable de haber permitido este crimen y el fiscal Pérez debe explicar qué ha hecho hasta ahora para que la Justicia lleve a la cárcel a la corrupta Villarán y sus cómplices en el latrocinio, el cual ella misma ha reconocido ser cabecilla y cuál sería su participación directa o indirecta en el crimen contra uno de sus cómplices.
Es inconcebible que tras largos años recién en setiembre se inicie el juicio oral contra Villarán y su banda, mientras que está corrupta ha mostrado total desparpajo y falta de arrepentimiento y amparada en su edad y supuestos males ha estado libertad gozando de días de playa, incluso.
Lo que la ciudadanía espera no es venganza sino justicia y que rateros de cuello y corbata y de carteras de alta gama paguen por sus delitos y todo lo mal habido sea incautado para pagar una justa reparación civil.
Es hora de la justicia y que ésta alcance incluso a quienes no han cumplido sus obligaciones como acusadores y perseguidores del delito. Las presuntas o reales incapacidades y complicidad también deben recibir un justo castigo.
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