Hemos tomado conocimiento de una indignante noticia que da a conocer un presunto hecho no solo vergonzoso sino condenable cometido por dos efectivos policiales en contra de un compañero de armas herido gravemente.
El caso ya está en manos de la Inspectoría de la Policía y de comprobarse los hechos, sobre esos efectivos debe caer la máxima posible, no solo administrativa sino penal.
Este hecho ha dado pie a que algunos se ceben contra Policía y que esté hecho puntual sea generalizado por un sector que no solo es responsable del estado de indefensión en que se encuentra nuestra Policía sino que alienta y promueve los "derechos humanos" de los delincuentes.
¿O acaso olvidamos las veces que han evitado por todos los medios que la Policía haga uso de su arma de reglamento para enfrentar a delincuentes que no dudan en disparar contra no solo indefensos ciudadanos sino contra los propios policías?
Hay que ser caraduras para subirse al carro de la crítica, mientras por mucho tiempo han "defendido" la teoría de la respuesta mediatizada como si un delincuente no actuará con vesanía.
A estas campañas de oeneges, se suma el triste papel de algunos fiscales y jueces que o por temor o complicidad han liberado a delincuentes atrapados incluso en flagrancia. Casos hay muchos. ¿Qué hacen los órganos de control y la propia JNJ? Nada! ¿Cuánto tiempo deberá pasar para los delincuentes atrapados en San Borja sean condenados a la máxima pena contemplada en el Código Penal? ¿Qué tiene que pasar para que de una vez por todas se reimplante la pena de muerte en nuestro país?
Entre tanto el ministro del Interior está pintado en la pared y la Presidente Boluarte calla en 20 idiomas cuando debería salir a respaldar políticamente a la Policía y hacerse responsable política de las duras decisiones que se deben tomar.
¿O acaso hay intereses ocultos para que esto termine de desbordarse y sectores radicales terminen ganando "a río revuelto"?
Lamentable y Vergonzoso.
ResponderBorrarEsto tiene que cambiar...De lo contrario, todos a las calles a elevar nuestra justa protesta.