Dentro de nueve meses los peruanos elegiremos al sucesor de la nefasta Presidente Boluarte, quién sucedió constitucionalmente al golpista Castillo, vacado por ello y que está a la espera de ser condenado por este delito.
Aún no está claro el panorama en el que hay decenas de aventureros que pretenden ser "presidentes" diciendo cuatro frases "cliché". A algunos les preocupa una probable dispersión del voto entre tantos candidatos, algo que no necesariamente se daría pués de consolidarse una candidatura, ésta podria reproducir lo sucedido en 1995 cuando Alberto Fujimori barrió con sus contendientes ganando en Primera Vuelta.
Se habla mucho de los sucesivos desastres ocurridos en los últimos 25 años, quizás con la excepción que significó el segundo gobierno de Alan García; sin embargo habría que recordarle a la ciudadanía que es ella quien ha elegido a presidentes como Toledo, Humala, PPK o Castillo y a los representantes congresal es que tanto critican.
La ciudadanía tiene que tener presente que no solo se elige a candidatos "simpáticos y que hablen bonito" sino propuestas, qué equipo de gobierno está detrás de un candidato y hoy no debemos dejar de evaluar qué vicepresidentes acompañan a los candidatos, habida cuenta las circunstancias ocurridas (renuncia de PPK y vacancia de Castillo) que dieron origen a la aparición del genocida Vizcarra y a la nula Boluarte.
La elección del próximo año es clave, de cara al futuro de nuestro país por lo que debemos exigir a los candidatos claridad y precisión cuando tengan que plantear soluciones (viables por cierto y no populismo) a los principales problemas que afronta el Perú.
De cara a los últimos gobiernos (por llamarlos de alguna forma) será necesario dotarlo de una mayoría parlamentaria para asegurar la gobernabilidad, aunque no necesariamente sean causa-efecto, sino recordemos los desastres que significaron el segundo belaundismo y también el primer alanismo, ambos con mayorías congresales.
Veamos qué nos deparan los próximos meses cuando se definan las probables alianzas electorales y quiénes serán los precandidatos entre los cuales será escogido los respectivos candidatos presidenciales de cara a las elecciones de abril del 2026.
Entre tanto, cómicos, charlatanes, incapaces para el cargo que postulan y aventureros en pos de ser "la sorpresa" siguen teniendo audiencia; mientras la ciudadanía espera a un candidato honesto, capaz y trabajador, algo tan difícil de encontrar en el escenario político peruano
¿Parirá Paula?
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