Al caer la tarde del dia de ayer el club Universitario de Deportes dió a conocer la renuncia de su Administrador Temporal Jean Ferrari, al cargo que como mínimo tenía duración hasta el 2027.
La razón o razones de esa renuncia no son de conocimiento público pero sobre todo de la hinchada del club, que es a quien se debía finalmente Ferrari; en el entendimiento que si bien era un cargo muy bien remunerado, pagado por el propio Universitario por encargo de la SUNAT en su calidad de principal acreedor, Ferrari puso un plus en su exitosa gestión. Ese plus fue por su hinchaje y su temperamento para hacer las cosas.
Sin embargo no fue gratuito, tal como se ha dicho. Ferrari fue hasta ayer el CEO de la institución o empresa más importante del país, por su hinchada mayoritaria que finalmente -haciendo un simil- representada un accionariado inmenso que no solo reclama éxitos empresariales sino deportivos. Estos innegablemente se lograron en casi 4 años de gestión de Ferrari y su equipo y terminará 16 días antes de que la U cumpla 191 años de vida institucional.
Sin embargo, y es aquí nuestra crítica y decepción, un capitán nunca abandona el barco en plena travesía, la misma que en un largo plazo está condicionada por el compromiso del pago de una deuda generada por administraciones incapaces y al servicio de intereses que no fueron los de la U. ¿Cómo llamar eso? Póngale nombre usted mismo.
Nadie es imprescindible y toda gestión debe tener un comienzo y un fin. Los atornillamientos a un cargo solo generan, a la larga, corrupción; la historia tiene muchos ejemplos de ese final.
Sin embargo Ferrari no se va porque es un "líder que se va por grandeza" sino porque deja a la U para satisfacer intereses personales. Si no es así, que lo diga y sostenga con razones y no con manifiestos lacrimosos. Lo deleznable es que su partida se da en un momento y circunstancias en los que no debió haberse ido pues pone en peligro todo lo bueno que ha hecho y que ha puesto a la U en un lugar expectante.
Si quería irse, por qué no lo hizo al final de la temporada 2024 o al final de la presente. ¿Qué ha sucedido para que renuncie ayer 16 y dejé todo 6 días después? La U y sus hinchas, que son el pasado, presente y futuro, merecen una explicación.
Entre tanto, es patético que haya quienes "agradezcan" a quienes les dan una patada donde terminan sus espaldas. Qué decir, Indignarse y condenar ello no tiene nada de desagradecimiento sino una pizca de amor propio propio.
Todas las obras humanas tienen sus luces y sombras, éxitos y fracasos. "Por sus obras los conoceréis", dice la Biblia. Las obras que deja Ferrari son importantes y trascendentes pero ¿qué nos deja como compromisos en el mediano y largo plazo? No es serio hacer suposiciones, solo una auditoría de gestión responderá si lo que parece es finalmente lo que es.
Entretanto, como dujimos nadie es imprescindible, pero sí todos somos necesarios para apoyar en el logro de objetivos, incluso cuando criticamos de buena fe y buscando hacer grandes las instituciones que queremos, en este caso la U.
La ida de Ferrari da origen a incertidumbre respecto a lo que pasará en el corto plazo, sobre todo cuando es una ida que estuvo plagada de idas y retrocesos y deja muchas cosas pendientes que afectarán un camino que deberá concluir con el Tricampeonato, 25 años después.
Qué paradoja! Hace 25 años tricampeonamos y se inició la crisis que nos llevó a estos años en los que estuvimos al borde del precipicio. 25 años después estamos a un paso de volver a tricampeonar pero esperemos que quienes se hagan cargo de la U continúen el camino hacia la consolidación de la institución con trabajo, dedicación, honestidad y cumplimiento cabal de la palabra empeñada y no vuelvan a traicionarla en aras de intereses subalternos, ajenos a los de la U.
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