Para desgracia del Perú en las últimas semanas hemos sido testigos de un vergonzoso espectáculo cuyos actores son quienes deberían garantizar justicia, uno de los pilares de la convivencia pacífica en una sociedad.
Una llamada Junta Nacional de Justicia rehabilitó a una Fiscal de la Nacional suspendida en forma express por quienes detentan una mayoría ilegítima en el Ministerio Público e inmediatamente un cuestionado juez vuelve a suspender a dicha Fiscal y devuelve el estado de cosas como ha estado en los últimos meses. ¿Qué motiva esa lucha intestinal para conservar el poder en el Ministerio Público? ¿El bien común? ¿Garantizar un Sistema de Justicia independiente y eficiente?
Pareciera que no. A diario fiscales y jueces abren las puertas de las cárceles a temibles asesinos apelando a leguleyadas y otros legicidios; permitiendo que estos delincuentes vuelvan a hacer de las suyas.
¿Qué hace el propio Sistema de Justicia para limpiarse a sí mismo? ¡Nada!
Entonces, ¿estamos condenados a esta situación? Me resisto a creer que sea así. Es hora de una reforma radical que barra con todo lo malo y que no esté sujeta al corset "fabricado" por el propio Sistema de Justicia".
Pero como el mal no fuera suficiente, ayer un juez denegó el pedido de prisión preventiva contra el golpista y genocida ex Presidente Provisional Martín Vizcarra. Tras una soporífera lectura de dizque "razones", concluyó que bastaba una serie de limitaciones como por ejemplo que el imputado "no concurra a una delegación diplomática" como si esto fuera suficiente a la hora que Vizcarra decida asilarse para evadir la justicia.
Sobre Vizcarra penden una serie de acusaciones desde que fue Gobernador Regional en Moquegua, luego Ministro del gobierno de PPK y finalmente Presidente Provisional, tras suceder al renunciante PPK.
De pronto la "Justicia" no solo es "ciega" sino sorda y muda ante el reclamo de justicia de la ciudadanía. Más de 220 mil almas claman justicia por la incapacidad y corrupción del gobierno de Vizcarra en época de la pandemia y el golpe de Estado del 30 de setiembre del 2019 tiene que ser castigado; sin embargo Vizcarra se pasea amparado por la impunidad y ¿complicidad? de quienes deben impartir Justicia.
Ayer fue un día negro para la Democracia y el Estado de Derecho.
Basta de farsas!
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