Ayer escribimos sobre la vida de la personas y el sinnúmero de decisiones que toman ellas a lo largo de sus vidas.
Hay decisiones hasta cierto punto intrascendentes y otras que marcan la vida de las personas.
Del mismo modo las naciones, los estados, toman decisiones y si no las toman en determinado momento o se toma las decisiones equivocadas, los resultados terminan siendo terribles.
Aquellos que no recuerdan lo que vivíamos los meses previos al 5 de abril de 1992 les es muy fácil "comprarse la narrativa" que algunos han vendido en los últimos años. Sin embargo, quienes recordamos el caos que se vivía como consecuencia de los desastrosos gobiernos de los años 80's, tenemos el convencimiento que la decisión que tomó el Presidente Fujimori no solo era necesaria sino era imprescindible. El Perú si seguía en la inacción y persistía la oposición desde el Congreso a las medidas para combatir la crisis económica y el terrorismo, simplemente estábamos condenados a la desaparición como país.
Sobre lo que sucedió entre el 28 de julio de 1990 y el 5 de abril de 1992, lo hemos reseñado en dos artículos
https://eloraculodedontribi.blogspot.com/2024/09/los-primeros-cinco-meses.html?m=1 y
https://eloraculodedontribi.blogspot.com/2024/09/las-razones-del-5-de-abril-de-1992.html?m=0
Lo dicho no son opiniones, es lo qué sucedió en aquellos 20 meses, algo que algunos pretenden olvidar para "condenar" la medida del 5 de abril de 1992.
Lo cierto es que no había otra salida. No fue una medida tomada al azar sino producto de un acertado análisis de inteligencia estratégica que llegó a la conclusión de que el único camino era una salida extraconstitucional para retomar el camino como sucedió luego con el Congreso Constituyente Democrático que dió origen a la Constitución de 1993, piedra angular para que el Perú resucitara.
Lo qué sucedió luego, como toda obra humana, tuvo sus aciertos y errores pero el balance de aquella medida fue positiva. Hay que ser ciego u obtuso para negarlo.