Hará unos años en el 2004 fue estrenada Der Untergang (La Caída) una gran película alemana basada en los últimos días del Tercer Reich acaecidos en el búnker que sirvió de morada de Adolf Hitler y sus cercanos colaboradores.
En ella se tomaron las declaraciones de Traudl Junge, la secretaria de Hitler, un personaje muy cercano a lo sucedido en esos últimos días de un imperio que se pensó que duraría mil años.
En las guerras se producen hechos épicos pero también momentos en los que afloran los peores sentimientos de los seres humanos. Mucho hemos leído de lo sucedido en los países ocupados, en los campos de concentración y en las ciudades sitiadas como Stalingrado pero poco de lo hecho por los entonces aliados. Como se dice, "la historia la escriben los vencedores".
Un día como hoy hace 80 años se suicidó Adolf Hitler y con ello selló la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, lo que se materializó con la rendición de Alemania ante los aliados el 8 de mayo de 1945 y ante los soviéticos el 9 de mayo de ese año. Sin embargo la guerra siguió en el Pacífico hasta los genocidios de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945 respectivamente y la posterior rendición de Japón proclamada por el Emperador Hirohito el 14 de agosto y efectuada el 2 de setiembre.
Millones de personas murieron en Europa, África y Asia pero involucró a todo el mundo. Muchos pagaron sus crímenes de guerra pero otros nunca.
Es cierto que tras las derrotas, los vencedores se vengan de los vencidos de manera terrible pero esto no es motivo para justificar los muertos por las bombas atómicas detonadas en las dos ciudades japonesas, los inmisericordes bombardeos estadounidenses y británicos a la ciudad alemana de Dresde donde murieron calcinados miles de alemanes, las miles de mujeres violadas por los soviéticos las noches posteriores a ocupación de Berlín o los miles de soldados alemanes cautivos en gulags siberianos que murieron de hambre y de frío. Decir que con las bombas atómicas se evitó miles de muertes es dar entender que los muertos japoneses valían menos.
No olvidemos Dachau, Auschwitz y otros campos de concentración; el Ghetto de Varsovia, los miembros de la Resistencia de los países ocupados, las víctimas de Japón en el Asia ocupada pero no podemos tener "doble moral" y olvidar a Truman, a Stalin y al propio Churchill responsables de dar las órdenes para cometer también crímenes de guerra.
Tras la Segunda Guerra Mundial se pensó que se viviría una época de paz. Nada más falso. El comunismo no solo sojuzgó a la Unión Soviética sino a Europa Oriental, tras la llamada "Cortina de Hierro" y ni qué decir de la China comunista de Mao. Millones fueron esclavizados y asesinados.
Este 9 de mayo Rusia celebrará por todo lo alto el octogésimo aniversario del llamado Día de la Victoria. ¿Habrá un recuerdo de las víctimas ocasionadas por su antecesora Unión Soviética?
Esta claro que debemos recordar a las víctimas del nazismo, fascismo y del imperialismo japonés pero no debemos olvidar a todas las víctimas, de los vencedores y de los vencidos. No hacerlo sería un fracaso de la Humanidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario