En los años 80's la organización terrorista sendero luminoso hacia llamados para acatar lo que en su momento llamaban "paros armados" en los principales cinturones fabriles de Lima como la Carretera Central y la avenida Argentina, con el fin de paralizar económicamente y provocar miedo y caos. Estas acciones no pocas veces iban acompañadas de asesinatos de sindicalistas. El otro grupo terrorista, túpac amaru, se "especializó" en extorsionar y secuestrar con el fin de cobrar lo que ellos llamaban "cupos revolucionarios".
Hoy vivimos similar situación, esta vez protagonizada por diversas organizaciones criminales que extorsionan, asesinan y secuestran.
Los fines son diferentes, los métodos son los mismos, con la diferencia que hoy se usa la tecnología para cobrar cupos, enviar amenazas extorsivos y coordinar acciones criminales.
Desgraciadamente tenemos un gobierno incapaz que tiene el cuajo de decir que no pueden solucionar problemas de décadas. Entonces , ¿ hasta cuándo seguiremos expuestos al accionar delictivo?
Hoy algunos le achacan a la Policía la responsabilidad de la situación actual, sin embargo pese a todas sus deficiencias hacen lo que pueden. No es posible que recién puedan usar sus armas de reglamento para combatir el crimen, por ejemplo.
El gran problema es el deficiente trabajo del Sistema de Justicia (fiscales y jueces) que liberan o no acusan a delincuentes capturados incluso en flagrancia y ni qué decir del sistema carcelario, responsabilidad del Ministerio de Justicia, desbordado y carcomido por la corrupción. Urge una Reforma del Sistema Judicial y Penitenciario.
Ningún sector económico se salva de la ola delictiva, uno de ellos , el del transporte urbano de pasajeros, no podía estar exento de este accionar. Frente a ello ayer volvió a parar en forma contundente. ¿Para qué? ¿ Logra algo con esto?
Las extorsiones no son de ahora y frente a ello los propios transportistas no hicieron nada, sino pagar hasta un punto que los cupos se volvieron significativos y su no pago ha traído asesinato de varios choferes y atentados contra las empresas y sus unidades.
Es hora de actuar y combatir con dureza. Mano dura desde el Estado. Desde el que lleva una amenaza hasta el líder de una banda deben ser reprimidos con toda la fuerza que es requerida. Aquellos involucrados deben tener condiciones carcelarias rigurosas y cumplir penas draconianas y aquellos que asesinen a alguien deben ser condenados a pena muerte. Es hora de salirnos de la CIDH, denunciando el acuerdo y aplicar las leyes que el Perú necesita para derrotar a esta lacra.
Que nos quede la enseñanza que muchos cabecillas o asesinos terroristas hoy están libres por no haber sido duros con ellos. Responsables de esto que sucedió fue la caviarada y sus oeneges derechohumanoides que modificaron el ordenamiento legal antiterrorista, lo que permitió la libertad de cientos de asesinos.
Hoy no solo necesitamos justicia, sino profilaxis social. No seamos ingenuos en creer en la readaptación de los asesinos, extorsionadores y secuestradores.
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