jueves, 13 de febrero de 2020

COMPRANDO EN EL 2020


Hará 30 años fui por primera vez a Europa, a Alemania. A pesar que tenía un buen nivel de idioma y me había informado sobre las costumbres del país, no sabía algunos detalles importantes como que los supermercados atendían solo hasta el mediodía del sábado y que las tiendas en las estaciones de servicio eran muy caras. Tuve que pagar el precio del noviciado, vale decir gastar más por productos que podía conseguir a menos precio.

Hoy ya en la segunda década del siglo XXI la forma de comprar ha variado respecto a siquiera hace 20 años.
Hoy la cadena Mass compite con las tiendas del barrio y a su vez han surgido por todo lado las tiendas Tambo y ahora Oxxo
Ambas más caras que las tiendas de barrio pero éstas en desventaja en relación a precios con Mass. A ellos se suman la presencia de cadenas como Plaza Vea, Vivanda, Wong y Metro qur casi arrasaron con los mercados, que se resisten entre ellos los de Surquillo, Magdalena, Lobatón y el de San Isidro. Con ellos existe un duro rival que persiste en la lucha, el Candy de Magdalena.
De igual forma, el consumidor ya sabe tomar café y no solo "el pasado". Las cafererías ofrecen un sinnúmero de formas de tomar café.

Ni qué decir de las cadenas de farmacias presentes en todo lado cuando antes había que consultar el listín de farmacias de turno para conseguir medicinas a las 9 de la noche.

Hoy con los smartphones sabemos las rutas críticas, pedimos taxi o comida y llamamos a los amigos que viven al otro lado del mundo. Las cabinas de internet, los teléfonos públicos y las llamadas ip ya no cuentan más. Los celulares son prácticamente oficinas y donde vemos películas, escuchamos música y oimos noticias. Hoy nos enteramos de las noticias también por redes sociales o leemos libros digitales. Sin embargo cada día hay más basura, más fake news y programas que en nada educan  y no solo en tv nacional. Vemos cómo capos de mafias tienen "su serie" en cable y traficantes de poca monta son "víctimas" para NatGeo.

Hoy en día hay una enorme oferta de restaurantes, cafeterías y bares  con todo tipo de propuestas pero aún así se extrañan el legendario Marcantonio de Lince (24 horas abierto) y el bar El Directorio en el Centro Histórico.

Cómo ven hay de todo como en botica pero en muchas cosas estamos de regreso. Las bolsas plásticas se han dejado de usar da do paso a las de papel o canastas de paja, el vidrio vuelve a reemplazar el plástico.

Todo cambió pero aún hay espacio para lo tradicional. "El chino de la esquina y el casero del mercado" son irremplazables. La calidez y el buen trato por más que se empeñen las cadenas no son iguales como las de nuestros caseros. Cómo diría Pocho Rospigliosi, "todo cambia menos Ovación". Pero cambió, Fue primero una radio primero en AM y ahora digital

Salvo mejor parecer!





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