jueves, 26 de marzo de 2020

EL SHOW BUSINESS


La crisis producida por los efectos de la lucha contra el coronavirus no solo ha traído consecuencias económicas sino hasta en la forma de divertirse.

En un canal local de cable se repiten programas que muestran la noche limeña y el canal de deportes Gol Perú emiten partido de fútbol de nuestra alicaída liga. Con el respeto que se merecen todos, qué podemos esperar de un partido como San Martín-Cantolao y aún los clásicos de los últimos años.

Desgraciádamente solo en el canal Willax podemos ver las noticias que "los amigos" del gobierno se niegan a difundir. ¿Por qué pasará esto?

Los espectáculos masivos fueron suspendidos tarde. El día 8 del presente 50 mil espectadores se congregaron en el Monumental para ver un U-Alianza. ¿Cuántos contagiados se deberán a este despropósito?

Hoy los peruanos tenemos más tiempo pero los canales de televisión siguen ofreciendo mayoritariamente programas de chismes faranduleros y otros de dudosa calidad.
Para los que pagan una suscripción de cable, el panorama es también sombrío y para aquellos que pueden ver Neflix, la oferta está infectada de aberraciones.
Hay muy poco qué ver. Esa es la idea. Estupidizar y alienar a la gente pues ello contribuye a prolongar la actual situación.
La alternativa es la lectura de libros y textos que nos enriquezcan nuestro conocimiento y formen el espíritu.

A pocos días del inicio de la Semana Santa cabe reflexionar sobre cómo hoy se ha distorsionado su verdadero significado.  Esta no debería ser una semana de juerga y de "trancas" sino de reflexión. Hasta los años 70s las familias se reunían oraban, hablaban y comían poco. Las radios dejaban de transmitir incluso y nadie osaba no cumplir ello. Hoy el panorama es otro y no tengo duda que todo ello ha contribuído a pervertir a la familia y con ello a la sociedad.

Ojalá que la actual situación sirva para reflexionar y cambiar nuestras vidas.

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