Comentábamos el otro día la opinión de alguien que reclamaba que el restaurante de unos amigos cobre "precios justos" (más baratos) porque "era buen negocio" (y por tanto debían ganar menos).
En aquella ocasión sostuvimos que el término "justo" no existía. Este pedido es muy propio de quiénes han hecho mucho "hablando". Es más, si le parece tan buen negocio por qué no invierte en uno.
Cómo todo negocio, quizás lo más difícil sea tener el emprendimiento para hacerlo. Lógicamente también conocimientos de gestión, experiencia, financiamiento y un buen equipo de trabajo.
La labor es 24/7 y empieza muy temprano con las compras y termina tarde con la limpieza del local al concluir la jornada. Nada fácil.
Tarda en consolidar una clientela que le permita tener márgenes de utilidad, recuperar el capital invertido y ser rentable. Los costos fijos (entre ellos el alquiler del local) son altos y se necesita una planilla que permita atender con calidad. Uno de los errores es contratar mano de obra barata y sin experiencia. Tarde o temprano se pagará caro tal error.
La clientela se gana a pulso. No basta una buena estrategia marquetera sino contar con un local acogedor, buena comida y un excelente servicio. Fallar en uno de estos aspectos es fatal. Se pierde un cliente con un pequeños error y cuesta mucho recuperarlo o atraer uno nuevo.
El secreto del éxito, entre muchos, es el cliente satisfecho y la transmisión de ello a través del "boca a boca". Por supuesto también un local bien ubicado, una carta variada y renovada, una excelente gestión logística (compras, manejo de inventarios), un equipo de trabajo motivado y por ende comprometido y tantos otros que los exitosos lo saben y los que fracasan se percatan de ello tarde.
Cómo ve amigo que reclama precios justos", el tema no es "papayita" pues hay un alto porcentaje de fracasos. Pocos son los afortunados que son exitosos. Tener un restaurante no es para amateurs o improvisados.
PS Soy un asiduo cliente de Mezzanine y en base a mi satisfactoria experiencia me permito recomendar a ojos cerrados a este restaurante ubicado en San Martín 484, Magdalena
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