El Perú es un país impredecible, donde cualquier cosa puede pasar, incluyendo las negligencias y estupideces de nuestros políticos.
Y cómo no podía ser de otra manera, la Presidente Boluarte está envuelta en un affaire que a dichos de algunos podría conducirla a su vacancia.
Si bien habría sido un acto inexcusable hacerse una cirugía estética, con el consiguiente abandono de sus funciones por unos días; nada grave ha derivado de ello.
Un ex incondicional ha sido quién ha puesto en evidencia ello y ha alimentado el fuego de la hoguera donde se quiere "quemar" a Boluarte, la misma que es atizada por políticos que no pierden la oportunidad de "ganar pantallas y micrófonos".
Más allá de las formas y las consecuencias de ellas, la pregunta que cae de madura es si una vacancia es hoy en día conveniente para el Perú. ¿Acaso la salida de Boluarte no va a traer más inestabilidad y desorden? Creemos que sí; sobre todo en medio de un clima de inseguridad, crisis y carencia de alternativas (por el momento). ¿O acaso creemos que algún advenedizo que repite tres frases seguidas (sacadas de algún folleto) será capaz de ordenar las cosas luego de otra traumática salida, la quinta en 8 años?
A un día de la caída del comunista Castillo y el ascenso de su vicepresidente Boluarte, cabe recordar que es momento de no agitar más "el gallinero'. Estamos a 19 meses del cambio de gobierno y a 15 de la primera vuelta de las Elecciones Generales del 2026. Preparémonos pata ello y construyamos una alternativa seria que sea el primer paso para volver a la senda de la prosperidad y desarrollo.
Cuidado con los aventureros, incapaces y charlatanes. El Perú no puede caer en manos de ellos.
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