Hoy, día que celebramos la Navidad, leemos un llamado que hacen el Cardenal Castillo y Monseñor Cabrejos pidiendo "justicia y perdón".
Ojalá fuera un pedido que saliera de verdad del fondo de sus corazones y éste se tradujera en acciones que reflejaran la autenticidad de ello.
Pero qué tipo de justicia y perdón piden aquellos que fueron avales, promotores y cómplices de los casi 17 meses del desastroso gobierno del filosenderista golpista. ¿Será que querrán la libertad de Castillo?
¿Qué justicia y perdón podrán emerger de la liberación de la llamada Camarada Cusi y de la negativa para excarcelar al General EP Juan Rivero Lazo que purga carcelería injustamente por crímenes que no cometió y por los que fue condenado con esa aberración jurídica llamada "autoría mediata"?
Hay situaciones que ameritan que la justicia esté supeditada al perdón por ciertos casos acaecidos en la lucha antiterrorista y en los que estuvieron involucrados militares y policías; pero ello no debe tener un correlato en "un perdón" a los terroristas que tanto dolor, muerte y destrucción causaron en nuestra Patria.
Querer equiparar ambos casos es una aberración amparada en tipificaciones y eufemismos como los emanados de un informe llamado de "la verdad" (decir que en el Perú hubo un "conflicto armado interno").
En esta Navidad exijamos a la Presidente Boluarte el perdón (indulto) para todos los militares y policías que han sido objeto de persecución, juicios eternos y muchas veces injustas condenas.
Basta de persecución propiciada por los herederos del terrorismo y sus cómplices.
Paz y libertad para quienes combatieron por la Patria!
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