lunes, 18 de noviembre de 2019

INSTITUCIONALIDAD


El día de ayer leía a un opinólogo que había escrito en junio del 2016 sobre cómo "combatir" a la entonces mayoría congresal, con armas "nada santas". Fue junto con Julio Cótler uno de los ideólogos del neotransfuguismo que terminó por destruir la institucionalidad, la misma que hoy pondera.

Así es la caviarada. Da lecciones de todo incluso de "tolerancia" pero se niega a respetar a la opción que representan Pepe Barba y Francisco Tudela a la que quiere extender ya partida de defunción.

Pero como no podía ser de otra forma "aplaude" el golpismo, hijo de una intensa campaña de odio y mentiras salida de una cloaca inmunda. Es suave con el poder de turno y duro con quienes debe serlo, por encargo o convicción. Sabe Dios por qué.

En su vehemente discurso se pregunta alborozado por qué en Chacarilla y Miraflores aplauden el documental de la reforma agraria de la dictadura velasquista. Quizás la respuesta no la tenga un politólogo sino un psiquiatra.

Finalmente, defiende ministros que fomentaron una agenda aberrante, a otros "nuevos" que llegan a hacer sus prácticas profesionales y a un  pretendido intento de destruir la Democracia negando una ingerencia castrochavista que al parecer aún está moviéndose en el subsuelo y que saldrá a la luz como ya lo ha hecho en Ecuador, Chile y Bolivia.

A estar atentos, hay quienes actuan como tontos útiles, como cómplices silentes o actuantes o como personajes "principales". Ya lo vimos en los 80s y parte de los 90s.

Foto: El Periódico de Guatemala

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