viernes, 17 de diciembre de 2021

VALORES

Anteayer escribimos sobre la situación actual de una institución entrañable para mí, la Universidad del Pacífico, pues en ella pasé los mejores años de mi primera juventud.

Para quienes no tuvieron la suerte y honor de pertenecer a ella, quizás no haya tenido mayor sentido mis palabras; por lo que me veo en la necesidad de hacer algunos alcances y precisiones.

La Pacífico fue fundada por empresarios católicos  bajo principios inspirados en este Credo. Tuvo el apoyo de benefactores como los esposos Maes-Heller y en la parte espiritual de buenos jesuitas. Sin embargo la Pacifico no fue una universidad confesional sino abierta y respetuosa a todos los credos e incluso a quienes no creían en Dios.

Fue un centro difusor del buen saber y tolerante con diferentes visiones pero ningún profesor impuso sus puntos de vista y menos en las aulas. Primó siempre la excelencia en la enseñanza y nadie era discriminado por ningún motivo. Un ejemplo de miradas diversas y respetadas por su rigurosidad académica  fueron las de Folke Kafka y Jūrgen Schultdt, por citar un caso.

Un ejemplo de lo que era entonces  la Pacífico fue la promoción  que ingresó en 1980, que por su inusual número tuvo que ser dividida en dos. Una primera parte empezó en abril de aquel año y otra en setiembre. Esta promoción  se distinguió por estar compuesta por jóvenes de diferentes posibilidades económicas sin que ello sea motivo para que nadie dejará de seguir sus estudios  salvo que no rindiera académicamente. 

En aquellos años no hubo necesidad que se fomentara ninguna "ideología de género" para que hubiera respeto entre los estudiantes y tanto varones como mujeres tuvieran las mismas oportunidades para acceder a una cátedra, sin otros requisitos que la calidad académica y cualidades como persona.

El trato entre los alumnos, personal administrativo, profesores y autoridades siempre fue horizontal primando el respeto. A muy pocos profesores o autoridades dejamos de tutearlos sin que ello significara "ser confianzudos". 

La Pacífico en aquellos años era una gran familia con no muchos alumnos a quienes siempre se incentivó la investigación, el emprendedurismo y las prácticas éticas. Como no recordar las clases del Padre Eduardo Schmitdt en el curso Deontología Ptofesional.

La libertad de pensamiento, el sentido crítico y la posibilidad de optar por tal o cual profesor fue algo que siempre primó. A modo de anécdota yo le "huí" al recordado Chicho Bonifaz pero no por ello la tuve fácil con el Análisis Matemático dictado por Ricardo Siu. Eran estilos pero la exigencia académica fue siempre la misma. A la Pacífico íbamos a estudiar, no a hacer "vida social", sin que ello no fuera motivo para no haber hecho muy buenas amistades que hoy perduran así como haber pasado momentos inolvidables.

Hoy quisiera que la Pacifico fuera la de los 80s que viví y la de los años anteriores y posteriores ; en donde se respiraba Valores, promoción de Democracia y en donde no se difundía el neomarxismo.

Dependerá mucho de los que ocupan una cátedra, de sus autoridades, de su alumnado o de los miles de egresados que soñamos que en esas modernas instalaciones transmitan lo mismo que fomentaron los grandes maestros que señalé en  anterior artículo y también por cierto nuestros recordados Germán , la señora Angélica, Magda, Rubén, Roberto Godoy y todos los que con su abnegado trabajo hicieron grande a la Pacífico. 


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