Para quienes tenemos algunos años no nos sorprende en lo más mínimo ver a los rojos y caviares petardear el Congreso.
En la Constituyente 1978-1979 la Asamblea era una "caja de resonancia" de quienes creían que había llegado el momento de volar todo por los aires. Eran los años de las casacas de cuero "proletarias" de Diez Canseco o el olor sospechoso que emanaba de las sogas que usaba el troskista asesino Hugo Blanco, en aquellos años cargado por un entonces líder juvenil y hoy emotivo periodista.
En aquellos años los constituyentes no hicieron nada, tal como Luis Pásara dijo en un "mea culpa" publicada en la revista Marka ; sin embargo su tiempo llegaría al poco tiempo con el accionar terrorista de sendero luminoso y el mrta. Algunos cayeron abatidos por ser "competencia" de los terroristas y otros , desde el Congreso, sirvieron de cómplices asolapados.
Cada vez que algún terrorista caía abatido por la Policía o las Fuerzas Armadas, no faltaba quien saliera a plantear una comisión "investigatoria" pues consideraba que podria había caído por "crímenes contra los derechos humanos en el marco de terrorismo de estado" (lo que los comunistas llamaron también "guerra sucia").
Los 80s fueron de intensa labor de zapa de los comunistas infiltrados en lo que ellos llamaban "establo parlamentario ". Ello acabó con el gobierno de Alberto Fujimori que promulgó una serie de medidas legales, una de las cuales sirvió para combatir la apología asolapada.
Tras 8 años de ostracismo, el comunismo regresó bajo diversos ropajes (cobijados por el toledismo corrupto, entre otros membretes) y al poco tiempo, gracias a jugosos sueldos estatales y dinero proveniente de asesorías, consultorías y otros, se transformó y pasó de ser una izquierda proletaria a ser "una izquierda perfumada", una "gentita fashion".
Atrás quedaron los Blancos enemigos del jabón o revoltosos como Ricardo Letts. Los izquierdistas de este milenio van a comer a restaurantes caros, usan smartphones de última generación y viajan al "Imperio" para renovar su clóset.
Hoy los comunistas ya no hablan de "lucha armada" como escribían los dinosaurios en Marka, Amauta o Cambio. Hoy son verdes, animalistas o promotores de la Ideología de Género. Los hay también protocomunistas pero hoy sobre todo los comunistas y caviares son gramscianos, son los neomarxistas.
Sin embargo los que dicen ser parte de "la reserva moral" terminaron siendo miembros de la organización criminal liderada por la ex alcaldesa Villarán; otros de los diferentes clanes regionales o terminaron figurando en listados de codinomes o en agendas "presidenciales".
Lo que les une a los rojos de los 70s con los de hoy es su agenda petardista que busca destruir la institución del Congreso. Se llenan la boca de "democracia" pero muestran su desprecio por ella de diversas formas. Algunos como la actual congresista Sigrid Tesoto Bazán se presentan muy bien ataviadas y con uñas y cabello bien cuidados; otros sin corbata e incluso con jeans pero todos hacen uso de la majaderías, insultos y de una agenda comunista para destruir lo que llamó "pelotudeces democráticas" el congresista Bermejo.
Anteayer en el pleno del Congreso, la mencionada Bazán dijo avergonzarse de lo que llamó "un circo", lo cual ella incentiva con sus desplantes de "niña malcriada". A los 31 años ya debería madurar y qué mejor en un "retiro" de 120 días de suspensión, tras un proceso sumario al que debería abocarse la Comisión de Etica, por su persistente malcriadez y poses de diva.
Bazán es un clon mal trabajado de la villaranista Glave y de la chilena Vallejos (reconocida plagiadora); sin embargo les une el "fashion" y el poco sustento ideológico.
Ellas son el producto de un proceso que debe ya acabar. Basta de rojerío y caviaraje antipatria.
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