Tras los resultados de la elecciones en Chile no queda duda alguna que algunos pueblos no aprenden y terminan "suicidándose". No solo pasa ello con las ballenas.
Chile estaba ad portas del ingreso al "primer mundo" pero un pérfido plan castrochavista hizo que estallara tras una algarada que destruyó Santiago y otras ciudades.
Los promotores de ello, ayer han recibido el respaldo del 56% de electores en unas elecciones en las que votó el 55% del padrón electoral.
El actual presidente Piñera tendrá el "logro" de entregar Chile a los brazos del comunismo, al igual que hizo Frei hace 51 años.
Pobre Chile y sus generaciones que no recordaron el desastre que significaron los 3 años del gobierno de Allende y su "unidad popular".
Hoy los escombros de la Democracia Cristiana, al igual que en 1970, promovieron la candidatura del comunista Boric. No se miraron en el desastre cubano o venezolano; menos en nuestro Via Crucis.
La clase media chilena no preguntó -antes de votar- a los venezolanos por qué se escaparon del chavismo para refugiarse en el vecino país del sur. Ya tendrán tiempo para lamentarse.
El ascenso de Boric no es lo único que llevará a Chile al desastre. Junto con ello tienen la Convencíón Constituyente que destruirá las bases de la democracia, "gracias" a la cobardía de la "derechita liberal".
Lamento lo qué pasó ayer en Chile sobre todo por el 44% de chilenos que apostaron por Kast. Vamos a ver qué sigue sucediendo en la Araucanía y a dónde tendrán que ir los miles de migrantes que pensaron que Chile sería el oasis donde tendrían un futuro mejor.
¿A dónde irán las inversiones mineras, pesqueras y agroindustriales?
Entre tanto Piñera seguirá aplaudiendo el desastre que con su incapacidad incubó y dió a luz.
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