viernes, 10 de julio de 2020

HABLA PATA


Nos disponíamos a volver a acompañarle unos días debido a una emergencia pero el destino no lo permitió.

La muerte terrenal, la que desgraciádamente es tan común estos días, nos resultó cercana.  El día de ayer José Juárez se fue de este mundo en plena recuperación de un problema cardiaco. No fue el covid sino el corazón que volvió a fallarle y esta vez definitivamente.

José fue un buen hombre, preocupado por lo suyos. Fue lo que muchos llaman "un self made". Estudió Ingenería y desde joven al concluir sus estudios apostó por hacer empresa, creando fuentes de trabajo. Innovador y visionario fue uno de los impulsores de la telefonía digital en sus inicios como distribuidor de Net2Phone. Quién no recuerda las llamadas a familiares y amigos en las cabinas de internet. También hizo un prototipo de "grifos ahorradores de agua" y patentó un mecanismo para que los autos usaran nitrógeno como fuente ahorradora de energía.

Lo conocí en 1997 a raíz de la organización de programas turísticos de aventura, algo que siempre participaba con mucho entusiasmo. Avido lector y amante de la historia, lo sobrenatural y lo científico  posibilitaba que conociera mucho de estos temas con sustento y solvencia.

De un humor agridulce, firme en sus convincentes y sobre todo perseverante y resilente se sobrepuso a una serie de avatares de la vida. Recordaban que fue víctima de dos robos en su oficina y en vez de lamentarse y caer derrotado salió adelante con mayor decisión y fuerza.
Hábil emprendedor y gestor lo era también con las herramientas y trabajos manuales.

Aficionado a los comics  fue un gran conocedor del Mundo de Star Treck y los Viajes a las Estrellas. Deja como legado cientos de souveniers de todo tipo sobre ello.  Fue aficionafo a los autos Willys y formó un club de propietarios de estas unidades.

Le gustaba mucho el Pollo a la Brasa y el Caldo de Gallina y también las Hamburguedas de El Jugoso de Pablo Bermúdez y Arenales.

Viajó por trabajo y también por turismo. Dos viajes que recuerdo fueron, uno que compartimos en el Cambio del Milenio en la ruta Paracas-Nasca-Pampa Galera, cuando Irina estaba camino a este mundo y el que hizo con su familia a Miami y Bermudas, en el que mi hermana Irina cumplió un sueño de niña y conoció a los personajes de creados por Walt Disney entre ellos el gran Tribilín.

José no era el "hombre perfecto". Nadie lo es; pero en "la sumas y restas de la vida" el resultado final es favorable. Murió en brazos de Chema, su gran y mejor amiga, y de Irina  Sus hijos Ale, Benito, Daniela y Karina siempre estuvieron pendientes de él así como su gran amiga y colaboradora Patricia.

En las primeras siete semanas de la pandemia lo acompañé y fui testigo de su perseverancia y gran amor por la vida lo que hizo que se recuperara de un último evento en octubre pasado.

Hoy que recorré el Camino a la Eternidad en la nave Enterprise quedamos recordándole con admiración y afecto. Extrañaremos su saludo "Habla Pata", sus certeras reflexiones y su carcajadas sonoras.

Su madre Iris, ya difunta, fue una persona creyente y estará esperándolo en el Cielo donde los Justos tienen un lugar. Dios sabrá perdonar sus errores terrenales. Se fue sereno, así lo transmitía el rostro de su cuerpo ya inerte.

Era su deseo que sus cenizas terrenas recorran el espacio y su Cuerpo Resucitado vivirá eternamente.

Descansa en paz, José. Habla, Pata!

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