viernes, 3 de julio de 2020
MEMOREX
Cuando incapaces quieren justificar su accionar echando la culpa a todos sin admitir por cierto sus responsabilidades, esto nos lleva a recordar que ya hemos estado a punto de desaparecer como país y hubo quien asumió con coraje y eficiencia el timón de una nave a punto de naufragar. Ese hombre fue Alberto Fujimori en 1990.
Hay quienes quieren responsabilidad de la crisis al primer gobierno de García Pérez olvidando el desastroso primer gobierno de Belaúnde Terry, un perfecto incapaz para dirigir los destinos de una nación.
Si bien hubo un evidente boicot desde el Parlamento, el último año la coalición APRA-UNO pactó con el sector gobiernista llamado "Carlista" con quien armó los tres últimos gabinetes, llamados "conversados" por el indicado pacto. Sin embargo la crisis estalló en 1967 con una gran devaluación a lo que acompañó el desmadre presupuestal. Pese a los esfuerzos de un efímero Ministro de Hacienda como el General Morales Bermúdez se llegó a un punto de no retorno. La crisis económica se unió a la grave corrupción imperante y el golpe que ya había sentado raíces se dió con la complacencia de buena parte de la ciudadanía y de sectores políticos representados en El Comercio y de otros sectores. No olvidemos tampoco la subversión de 1965, muchos de sus integrantes fueron luego miembros de sendero y mrta.
El estatismo y ataques contra el sector privado engendró una crisis descomunal que explotó en 1975, días antes del pronunciamiento militar encabezado por el General Morales Bermúdez. Los subsidios y controles económicos llevaron a la pobreza a sectores medios y les dió algo de aparente bienestar a los pobres. Al final el peor impuesto a la pobreza, la inflación, arrasó con todos. La herencia de la dictadura militar fue una ingente deuda externa, elefantes blancos y miles de burócratas hasta de fantasmales ministerios como el de "alimentación".
Con el regreso de la Democracia Representativa no regresó el libre mercado sino un remedo de él. La banca de fomento, las empresas públicas, los controles y subsidios terminaron con las arcas fiscales. El Perú dejó de pagar la Deuda Externa Privada y con ello se cerró el caño del financiamiento, salvo el proveniente de organismos multilaterales y de algunos gobiernos.
La inflación, devaluación y recesión golpeaba al Perú y empezó a destruir la economía y sociedad. A ello se sumaba el terrorismo y la corrupción a los que Belaúnde no paró a tiempo y dejó crecer.
El joven García asume la presidencia, da otro paquetazo económico, congela luego todo y expropió los ahorros de la clase media. Fueron dos años de farra, en los que García fungió de "líder continental en la lucha contra la deuda externa" fomentando el "cabezazo". El era bombero, alcalde, aviador y ministro de economía. Años más tarde aceptaría sus crasos errores que nos llevaron a la millonaria inflación, miseria de millones y los miles de muertos por el terrorismo. Fueron los años de carestía, créditos subsidiados, de "los doce apóstoles mercantilistas", de colas, de carne malograda, de coches bomba, falta de agua y luz, de puestos de trabajo con carnet partidario, de miles de muertos. Pura demagogia e incapacidad.
La crisis tocó fondo y es partir de 1990 el Perú comenzó a resucitar. Con inversión privada, economía libre, sacrificio y trabajo salimos adelante. Se promulgó la Constitución vigente, sin la cual el Perú no se hubiera transformado, se derrotó al terrorismo para pesar de algunos y se firmó la paz con el vecino Ecuador. Hubo también muchos errores y no se profundizaron las reformas. Aún así se sentaron las bases para que hasta el 2011 se creciera, se disminuyera la pobreza y pobreza extrema y se mejoraran todos los indicadores socio económicos pese a la corrupción que crecía como hierba mala.
Pero a partir del 2011 la incapacidad y corrupción nos han llevado a este punto en el que estalló la crisis y nos alcanzó la pandemia. Hay excepciones, contadas, entre los funcionarios públicos que asumieron puestos de gobierno con eficiencia y también honestidad pero lamentablemente fueron pocos.
Que ahora no se quiera decir que esta crisis es del modelo económico. Es producto de la incapacidad, inacción, inexperiencia, impericia, incapacidad y corrupción. La crisis que vivimos hoy quiere ser capitalizada por el comunismo, sus aliados y tontos útiles. No hay que permitirlo.
Hay que hacer tomar Memorex a muchos peruanos para que el estatismo y el proyecto comunista no se instaure en el Perú. No queremos otro SINAMOS, "reformas estructurales" de corte chavista, una Oficina Central de Información censora y menos indigentes que vivan del "favor" gobiernista. Tampoco queremos ser parte del NOM y ser aplastados por agendas aberrantes.
Queremos paz, desarrollo, empleo digno y un Perú con futuro. Que el Bicentenario sea el inicio de la recuperación con un líder capaz que como Fujimori haga resucitar a nuestra Patria, aunque demoremos en ver los frutos.
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