Siempre hemos escuchado a algunos hablar de los "grandes" patricios" que han sido parte de congresos anteriores. ¿A quiénes se referirán? ¿A los que dieron vida al velascato en el periodo 1963-1968, a los constituyentes de la Carta Magna de 1979 madre del desastre ochentero, a aquellos que "construyeron" la peor crisis que vivió el Perú (1980-1990) o los que no dejaron combatir al terrorismo entre 1990-1992? Claro está que sí hubo grandes políticos que no podemos sosalayar y sería una larga lista, sin duda.
Los constituyentes que elaboraron la Constitución vigente y quienes acompañaron el trabajo del Presidente Fujimori tienen ese mérito con el que contribuyeron al resurgimiento del Perú. Sin embargo tienen cosas que responder también por no haber dicho y hecho lo que se tuvo qué decir y hacer para evitar la crisis que empezó en 1998 e implosionó en noviembre del 2000.
A partir de esa fecha poco a poco la figura del Congreso y de los congresistas se fue degradando. Fueron los robacables, comepollos, robasueldos, gente iletrada que falsificó grados y títulos que no tenían, gente que pedía que plancharan sus camisas y lavaran sus pies así como quienes avalaron la corrupción del presente milenio.
Llegamos al 2016 y algo raro sucedió. Fuerza Popular obtuvo abrumadoramente 73 de 130 escaños pero "perdió" por alrededor de 40 mil la Presidencia. Algo sucedió y no hubo las agallas para enfrentar esto. Lo que siguió es harto conocido. Los planes para "comprar" conciencias y votos en el Congreso fueron ventilados públicamente y se llegó al punto de que al evidenciarse no solo la corrupción sino "cómo era la nuez" el entonces Presidente tuvo que renunciar y fue reemplazado por su accesitario con el apoyo de la entonces primera minoría. Grave error de dar un cheque en blanco. Ya sabemos qué pasó luego el 30 de setiembte. Muchos no dieron la talla, incluyendo la Segunda Vicepresidenta. El "cuentazo" del obstruccionismo con el apoyo de cierta "prensa" dio "sus frutos". El miedo a la Comisión Lava Jato y sus repercuciones así como la conformación de un nuevo Tribunal Constitucional fueron la gasolina que avivó al golpismo.
Tras el golpe contra el Orden Constitucional se convocó a elecciones para reemplazar al Congreso ilegalmente vacado. Desgraciádamente el remedio terminó siendo peor que la enfermedad, salvo honrosas excepciones. El ingenioso e inteligente Antero Flores Araoz dice que este congreso es "una mascota" y el gran columnista del diario Expreso Luis Garcia Miró les dice "mucamas" que le salieron respondonas a su "creador". En esta situación estamos.
¿Qué decir frente a ello? Urge un evidente cambio. Algunos piden eliminar el voto preferencial y qué los partidos sean quienes se responsabilicen por la elección democrática de sus candidatos. Ya se aprobó la "paridad y alternancia", una exigencia de quienes nos hablan de "género".
Lo que realmente necesitamos son candidatos, sean hombtes y mujeres, preparados, honrados y trabajadores. Basta de perfectos ignorantes de conocimientos mínimos. Basta de intereses subalternos y gente cuestionada.
Algunos desean que la elección del Congreso sea en la segunda vuelta para forzar a un "bipartidismo", algo que colisiona con los derechos de las verdaderas minorías y no ésas que "triunfaron" en las últimas elecciones con el 6% del total de votos.
Otros iluminados han creado "el distrito electoral de los peruanos en el extranjero", 6% de los cuales solo votan. Un sinsentido.
Sin embargo debemos precisar que el actual Congreso está subrepresentado y no solo eso, a nuestro entender es necesario dos Cámaras. Que existan distritos electorales más pequeños que elijan a una Cámara de Diputados y que los Senadores sean electos en un solo distrito Nacional.
El Perú no está ya para un nuevo fracaso ni para elegir peores representantes. Basta de partidos cascarones o listas de advenedizos. Ojalá se pudiera aprobar el voto voluntario para que los que verdaderamente estén enterados e interesados sean quienes elijan y no aquellos que optan en la cola de la votación o se enteran de "la realidad" leyendo titulares basura en los kioskos.
La Democracia debe estar al servicio de quienes creen en ella y no ser aquella "boba" que es utilizada por violentistas comunistas para destruirla.
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