Cuánto extrañamos a los periodistas de antaño, que con todos sus virtudes y también defectos eran muchísimo mejores que la casi totalidad que hoy dicen serlo o simplemente se autodenominan "creadores de contenidos", como hoy se llama a los que difunden noticias y opiniones.
Sin embargo hay muy pocos que recurren a la investigación y en base a sus conocimientos emiten opiniones objetivas y nos dan a conocer "primicias" y no verdades y que terminan siendo falsas, una verdad a medias o una suposición sin mayor base que su imaginación.
Desgraciadamente esto no sucede solo a nivel de aquellos "creadores de contenidos" que tienen todo el derecho de expresarse en base a la libertad de expresión que es un derecho constitucional, sino incluso de medios periodísticos que recurren a titulares tendenciosos que no tienen mayor relación con el contenido o contenidos y que terminan siendo tan solo suposiciones. Lo que hoy interesa no es decir la verdad o comunicar con objetividad sino "los likes".
Esto no es nuevo. Básicamente nació a mediados de los años 90's y aquellos que usaban estos métodos inmorales se les llamó "prensa basura". Hoy la historia se repite casi como una plaga. A diario surgen "portales, páginas o cuentas en diversas redes sociales" que producen basura, la que es difundida ("viralizada") a través de llamados trolls ("difusores de mentiras y ataques"). Su principal característica es el pésimo uso del idioma, la falta de conocimientos y la ausencia de un editor que filtre la información y los comentarios generados inconvenientemente.
Si el panorama deportivo en nuestro país no parece que mejorará ni siquiera en el mediano plazo, el panorama de la difusión de noticias, comentarios y opiniones, tampoco.
Un programa copia de alguno en el extranjero, ha sido el inicio de la propagación de programas donde un grupo de ex futbolistas y uno que otro "chistoso" se insultan y llegan a casi agredirse fisicamente; en otros programas se apela a la discusión sin moderación alguna y en otros "más civilizados" las lisonjas -sin duda- interesadas justifican lo injustificable. Ya ni qué decir de muchos diarios que son incapaces de denunciar graves casos o en el mejor de los casos mediatizarlos o contarlos a medias.
Es hora no solo de arreglar el fútbol sino las bases de la Sociedad, carcomidas por los antivalores.
Sin ética ni moral no será posible cambio alguno.
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