lunes, 11 de noviembre de 2024

"NO SOY BUENO PARA LAS VENTAS"



La llamada "fuerza de ventas" es uno de los activos más importantes de una empresa, siendo aquella que permite que ésta tenga ingresos.

Los vendedores hoy son profesionales, formados y permanentemente capacitados, a diferencia con el pasado, en el que bastaba unos cuantos cursos de capacitación y experiencia.

Sin embargo no hay un perfil básico del profesional de ventas. Los hay como mi finado padre y mi hermano Juan, empáticos y conocedores de los productos que ofrecían; el primero, lubricantes y derivados y el segundo, repuestos de camiones.

Los hay aquellos dicharacheros como un ex concuñado que apelando a una ingeniosa apuesta logró vender a uno de los más importantes mayoristas del Barrio Chino; otros parcos pero persuasivos con sus clientes como mi amigo José Arroyo (40 años de vendedor de autos), ingeniosos como un vendedor de participaciones en fondos de inversiones apelando a las relaciones pública o como yo mismo, que a temprana edad fui un exitoso vendedor de libros para preparación preuniversitaria, gracias a conocer el producto, tener una idea del mercado objetivo y algunas habilidades innatas..

Si bien el dedicarse a las ventas como una actividad permanente requiere de dedicación y por tanto no es una aventura pasajera; es menester saber que todos en algún momento tenemos que vender, algún producto o servicio, una idea y por cierto nuestros servicios profesionales. Por tanto decir que "no somos buenos para las ventas" no solo es una falacia sino un craso error.

Sin embargo, como dijimos al inicio se requiere múltiples conocimientos y habilidades que van desde identificar a potenciales compradores, iniciar el contacto ("romper el hielo") y hasta "cerrar la venta"; un proceso integral que puede no concretizarse (lograr vender) o sea fracasar en el intento.

Sin embargo cabe decir que no lograr vender algo a alguien en una oportunidad, no significa que no podamos venderle en algún otro momento y por el contrario, venderle una vez no implica que mantengamos al cliente, sin un adecuado servicio de post venta, tan importante como la venta misma pues con ello fidelizamos a los clientes y aseguramos su satisfacción.

Finalmente, vender es todo un arte que se traduce en ingresos para la empresa en la que trabajamos; sea una gran empresa multinacional, una pequeña empresa o un restaurante en el que los vendedores son los mozos que nos ofrecen de una manera amable y satisfaciendo nuestras preguntas sobre algún plato en especial.

No olviden. Todos somos vendedores en algún momento de nuestras vidas y el éxito de ellas implican que desarrollemos una serie de cualidades que permitan lograr objetivos no solo de ventas sino de diferentes tipos.

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