Hasta no hace mucho tiempo Bolivia era -según algunos- un modelo "exitoso" de políticas redistributiva basadas en ingresos temporales, como fueron los provenientes de la exportación de gas.
Hoy el país altiplánico está al borde del colapso y con ello otra diáspora de cientos de miles de personas que buscarán un lugar donde ir, escapando de la miseria como fue el caso de millones de venezolanos.
Nuestra permeable frontera sudeste será esta vez por donde vendrá el flujo de migrantes sin que hasta ahora el gobierno tome las providencias de caso. Es sabido que existen varios pasos fronterizos, controlados y sin control por dónde hoy fluye el contrabando, el tráfico de personas, de oro, droga y otros, sin que nuestras autoridades hagan algo para frenar esto.
Bolivia vivió uns burbuja de prosperidad sin prever que las reservas de sus recursos gasíferos eran perecibles y que se requería que se explorara y desarrollara nuevos proyectos y para eso era necesaria la inversión privada, ahuyentada por el estado boliviano con condiciones inaceptables.
Así como Bolivia, nadie, estados, empresas o personas, puede vivir más allá de sus posibilidades o financiar su presupuesto sin ingresos ciertos. Hacerlo lo único que traerá -como en el caso boliviano- una crisis de proporciones que resultará en una situación de alcances imprevisibles.
A esto viene el caso de Universitario de Deportes cuyo administrador temporal Jean Ferrari ha logrado reflotar un club que se iba cuesta abajo. En tres años y medios ha logrado revertir una grave situación, lo que se traduce no solo en éxitos deportivos sino en cifras en azul y la posibilidad de iniciar el pago de una millonaria deuda.
La crisis de Universitario no solo fue producto de malas gestiones, sino sobre todo de un modelo de administración obsoleto e irresponsable que detonó en el 2012. Hoy los ingresos se ha multiplicado y es menester seguir con una administración eficiente y responsable, fortaleciendo el equipo de fútbol a fin de lograr objetivos deportivos pero teniendo en cuenta que hay un gran factor limitante como lo es el inicio del pago de la deuda concursal.
Esperemos que Universitario haya aprendido la lección, algo que Bolivia no parece haberlo hecho. Ello se traduce en un futuro promisorio para el cuadro crema y uno sombrío para el país altiplánico
"Encerrarse en si mismo con ideas obsoletas, trae consigo el caos y la pobreza".
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