viernes, 18 de octubre de 2019

DE BUENA MADERA

Los seres humanos y las naciones se equivocan, incluso con consecuencias dramáticas. Sin embargo, siempre será una gran gracia Divina si tenemos la oportunidad de paliar el daño, el dolor o la pena que ocasionamos incluso a uno mismo.

Recordamos por ejemplo el daño que ocasionó la intolerancia y el odio irracional que algunos atizaron contra los inmigrantes japoneses en los días de la Segunda Guerra Mundial. ¿Quién dice que el pueblo envenenado no se equivoca? ¿Por qué no aprendemos de nuestros errores (léase "horrores")?

Pero ello no ocurre solo por acción del veneno en el alma colectiva. También es producto de una apreciación errada o falta de valentía para actuar correctamente.
Y así como nos equivocamos como parte de un colectivo, también nos equivocamos como personas. Y de qué magnitud!

Como decíamos hace unos días, es una gran gracia Divina tener la oportunidad de cerrar etapas, explicar lo que creemos que pasó y quedar en paz con el prójimo y con nosotros mismos.

No puedo decir todo lo que quisiera por muchas razones pero sí rendir homenaje a una persona maravillosa, parte de una etapa de mi vida, lástimosanente fallida pero que hoy renace en una dimensión mayor; pero que pese al paso del tiempo sigue siendo lo maravillosa que conocí. Han pasado largos años. El paso del tiempo no pudo con su don de gentes, su acendrado espiritu de entrega a los suyos y su lucha para afrontar la vida. Quien está hecha de buena madera, no puede dejar de ser todo lo buena que siempre fue.

Hoy fue un gran día. Gracias Dios Todooderoso por los 180 minutos de alegría plena. Gracias a quién materializó la Gracia de Dios.




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