miércoles, 9 de octubre de 2019

LIBERTAD

Si alguno no llegó a ir a un país del llamado "bloque socialista" europeo podría pensar que cualquier cosa que se diga sobre la esclavitud en que vivía su población era exageración.

Estuve en Berlín oriental, que era parte de la antigua Alemania comunista, mal llamada "democrática". Fue justamente semanas después que cayera el muro de Berlín pero antes de la ida definitiva de los jerarcas comunistas que sometieron por 40 años a sus compatriotas.

Ya antes hemos escrito antes sobre la farsa que representó ese régimen. Al finalizar todo, los propios pobladores supieron quiénes habían sido sus victimarios, los soplones que los habían denunciado como "enemigos del pueblo". El regimen comunista en el mundo creó "un hombre" sin escrúpulos. Padres, hijos, esposos, amigos habían sido los verdugos al servicio de la agencia de seguridad estatal llamada, por sus primeras letras, STASI.

Tiempo después de la caída del comunismo, sus víctimas siguieron sufriendo las consecuencias de años de oprobio y esclavitud. Han pasado ya 30 años y las marcas siguen aún en el alma de muchos.

El comunismo cayó en muchos países pero aún gobierna con mano de hierro varios países como Cuba y Venezuela. Otros se aprestan a regresar a esos aciagos días como Argentina, Ecuador y nosotros corremos ese riesgo.

Sería bueno que vieran dos películas alemanas que muestran aquellos años en la Alemania roja. Ojalá que al verlas muchos logren recobrar conciencia del peligro que representan las hordas comunistas. Una película es LA VIDA DE LOS OTROS y otra, GOOD BYE LENIN.

Véanlas antes que sea tarde.

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