A comienzos de los años 70's el Perú, un país con 2000 kilómetros de costa, ante la escasez de carne de res miró como alternativa al pollo en vez del consumo de pescado.
De pronto el pollo se convirtió en un ingrediente principal de la mesa de la mayoría de peruanos. Platos como el Seco, Estofado o el Tallarín Saltado cambiaron el pollo por la carne de res como ingrediente principal
Un gran cambio que impulsó la crianza del pollo, altamente dependiente de insumos importados para alimentar a las aves. Con los años, vinieron sucesivas crisis que encarecieron el precio del pollo, golpeando con ello a una gran mayoría de las mesas de los peruanos.
Pero paradójicamente, fue el pollo que se convirtió en un salvavidas de muchos necesitados que apelando a la solidaridad de círculos de conocidos y relacionados promovían las llamadas "polladas" (un cuarto de pollo a la parrilla, papas cocidas, una ensalada de col o lechuga y el clásico ají pollero). "Hoy por mí, mañana por ti" fue el lema con el que colocaban los platos mediante tarjetas con las que se accedía a las reuniones donde se ofrecían "las polladas" acompañadas de cervezas bien heladas.
Por lo general "las polladas" como se conocían las reuniones donde se vendía este plato se realizaban los sábados o domingos desde el mediodía hasta bien entrada la noche. En ellas también se bailaba por lo general música tropical, la llamada "música chicha". Las polladas se convirtieron en símbolo de un Perú resiliente, trabajador pero también informal y que buscaba momentos de diversión
Este escenario fue estudio de muchos pues no solo en estas reuniones veíamos la solidaridad de la gente sino de una serie de sucesos, incluso popularizados -con exageración- en "los recordados" programas de Laura Bozzo, al punto que en algunos países se creía que Lima se movía como se mostraba en aquellos programas.
Con el tiempo, las polladas se extendieron al punto de incluso cambiar el pollo por otros ingredientes como los fideos, chorizos, pescado y otros, cambiando el nombre por "chorizadas", "tallarinadas", "cevichadas" y otros.
Pero como no era difícil de prever, con el auge del "delivery", el envío de las polladas amplió el mercado, desvirtuando lo que fueron inicialmente o sea reuniones bailables donde se compartía con otras personas.
Pese a ello, las polladas siguen vigentes y su fin primigenio sigue ayudando el bolsillo de sus organizadores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario