Este 28 de julio la Presidente Dina Boluarte dará su último mensaje a la Nación, ¿qué dirá?
Se acabaron los ofrecimientos y más bien es hora de dar cuenta del estado del Perú que recibirá su sucesor.
Este último año de "gobierno" deberá sentar las bases para solucionar el problema de la inseguridad y asegurar que los fundamentos macroeconómicos permitan la continuidad de la estabilidad económica.
Ya no es momento de experimentos y de ofrecimientos de obras que no se supieron hacer en estos casi 30 meses de desgobierno, tras suceder constitucionalmente al vacado golpista.
Quienes hoy se rasgan las vestiduras y son los que parecieran ser los principales opositores del desgraciado gobierno de Boluarte son realmente los responsables del fraude con el que ella llegó a Palacio de Gobierno como compañera de fórmula del comunista Castillo. Ellos votaron por ese esperpento al que sindicaban como "profesor". Sin embargo no solo ellos son responsables sino aquellos que fueron parte de quienes dejaron de votar en el sector socioeconómico A-B o de aquellos que cantan a voz en cuello "Contigo Perú" en New York, Milán, Madrid o Tokio pero no se dieron "la molestia" de sacrificar un día de trabajo o descanso y no fueron a votar tampoco.
Por enésima vez los peruanos volvieron a fallar y hoy critican como si ellos no son parte del problema al elegir a cualquiera para ocupar un escaño o no se preocupan de informarse quiénes les piden su voto.
En abril del próximo año volveremos a ir a las urnas y en la fila de candidatos vemos chistosos que fungen ser serios, cómplices de los responsables de 25 años de desastres, asesinos de policias o charlatanes aventureros que dicen tener la fórmula de la alquimia con la que solucionarán los problemas de nuestro País. A todos ellos hay que decirles "no" y esta vez elegir bien a los que serán miembros del próximo Congreso y Gobierno.
Hemos llegado a este momento también porque hubo cómplices silentes o asolapados que se dicen "demócratas" pero en su momento recomendaron a "don Pedro" o iban a la "casa de Sarratea" a negociar "oportunidades". Pero ellos no son los únicos, son responsables también los que se rindieron y dejaron de salir a combatir el fraude porque "había que creer en el lápiz".
Todos ellos hoy mejor que callen o admitan su responsabilidad de que exista este desastroso gobierno, con el que el Perú no solo no ha avanzado sino retrocedido y mucho.
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