viernes, 1 de agosto de 2025

¿QUÉ PASÓ?

Uno de los requisitos para la buena marcha de la sociedad es la predictibilidad. Todos deberíamos esperar iguales fallos judiciales, administrativos o de cualquier rubro en circunstancias iguales o similares de acuerdo a la ley o norma administrativa.

Sin embargo ayer hemos sido testigos que una institución inflexible a la hora de penalizar a los contribuyentes (y como debería ser) incumplió sin dar cuenta a nadie de su propio cronograma para elegir al Administrador Temporal que tendrá a cargo los destinos del principal club deportivo del Perú, Universitario de Deportes.

Si a los contribuyentes morosos se les aplica sanciones draconianas, ¿qué sanción debería aplicarse a la jefa de esta institución? ¿El gobierno debería destituirla? 

Ha habido tiempo suficiente para evaluar a los candidatos que se presentaron al concurso para elegir al Administrador Temporal en mención, ¿qué razones podrá argüirse para justificar este incumplimiento?

Circulan diversos rumores que apuntan a posibles tráficos de influencias. Sobre ellos no haré mayor comentario pero sí sería preocupante que una institución eminentemente técnica pudiera estar decidiendo no en base a criterios razonables sino guiada por presiones de cualquier índole.

Ya el hecho de que no se haya dado respuesta a una serie de observaciones sobre el cumplimiento de requisitos tan simples y verificables muy fácilmente, constituye una seria preocupación. Adicionalmente la sola presencia de algunos candidatos que son parte de un pasado funesto y responsables del desastre administrativo, económico y financiero en el que estuvo sumido la U constituye algo que hay que señalar.

Sin embargo, hay otro hecho que señalé anteriormente y por cierto fue motivo de mi condena. La U está en estos momentos en esta situación por la decisión de su ex Administrador Temporal Jean Ferrari, quién incumpliendo su palabra empeñada no cumplió el plazo mínimo de permanencia en el cargo y nos obliga "a cambiar de caballo en la mitad del cruce del río". Lo dijimos en su momento, ello fue una traición, que ni siquiera fue justificada con explícitas razones.

Nadie le quita un ápice de los méritos en la gran gestión de Ferrari. Transformó a la U de una institución al borde de la desaparición a una institución exitosa y rumbo a un futuro mejor. Sin embargo con su renuncia nos deja de nuevo en la estacada.

Hasta el momento que escribí estas líneas no se sabe cuál será la decisión respecto al nombramiento del nuevo Administrador Temporal pero está claro la situación que nos lleva a un futuro incierto por 30 años, no es una solución para la U. A mi entender debe buscarse un socio estratégico que haga un aporte de capital fresco (una parte como aporte societario y otra como préstamo), lo que permita zanjar con las deudas y la U vuelva a ser administrada por sus socios (previa depuración), sus socios adherentes y con la participación de su hinchada. 

Solo así no tendremos que pasar por este vía crucis que volverá a repetirse cada 3 años, un plazo que obviamente no da ningún horizonte para trabajar con seriedad y pensar en el largo plazo.

Finalmente y de cara a esta coyuntura, quién debe hacerse cargo de la Administración Temporal de la U es Franco Velazco y su equipo, lo que significa la continuidad de las cosas bien hechas. Cualquier otro nombramiento es simplemente un salto al vacío y un reto al buen sentido pues ello significará un retroceso que pondría en riesgo la viabilidad del plan de pagos y la existencia de la U, ¿en beneficio de quiénes?