El otro día escuchaba a un exitoso empresario del sector turismo, José Arozarena CEO de Amigo Tours, compartir su historia de vida, desde que empezó a viajar como "mochilero" , luego ya como emprendedor en hotelería para backpackers y hoy convertido en uno de los grandes del sector, con oficinas en España, México, Estados Unidos y otros importantes países; con más de 3.5 millones de clientes al año.
Dos ideas quiero rescatar de lo dicho respecto al perfil del viajero de hoy (entre 25 y 50 años). La primera es que hoy la gente prioriza vivir antes que comprarse una casa; muchos alquilan y en vez de invertir, gastan. Uno de los rubros en los que gastan es en "experimentar". Los jóvenes de hoy no viajan, no van a un restaurante ni a un concierto; van a adquirir "experiencias de vida".
Antes la gran mayoría de personas mayores de 65 años, edad en la que legalmente se jubilan aunque no lo hagan efectivamente, hacían una vez "el viaje de sus vidas". Hoy con la cercanía que dan los accesos de medios de transporte más rápidos y baratos; muchos viajan a ver un partido de fútbol, escuchar a su artista favorito o visitar una ciudad en un fin de semana. Los viajes ya no son los de antes, de dos o tres semanas; hoy son cortos y más intensos, sin que haya quienes siguen haciendo viajes de tres semanas o más.
Volviendo a lo que significa hoy viajar, muchos al volver ni recuerdan nombres de lugares pero sí recuerdan sucesos o como hemos dicho, experiencias que hoy con las ayudas tecnológicas son grabadas y archivadas, aunque esas fotos o vídeos nunca más se vuelvan a ver.
Sin embargo, eso que parece ser tendencia hoy, lo ha sido siempre y los viajes que más se recuerdan son los que están signados por hechos como el día que nuestro viajero Arne quien compartió espontáneamente escenario con una banda de jazz en La Noche de Barranco o cuando otro, Thomas fue sin querer, parte de una Fiesta Patronal en el Centro de Lima cuando hacíamos un "walking tour". Ni qué decir de nuestros amigos mexicanos Don Raúl y Edith, enamorados de Lima y de su vida diaria; de Sonja amante de los Ceviches y el Lomo Saltado y sus chelitas; de Sussane y Juta, de la pareja Cordula y Jens y de Nuno; por mencionar a algunos
Es cierto que atender clientes es un trabajo pero lo que da el plus es la pasión que uno pone a la hora del día a día de sus viajes. Eso da las experiencias gratas, el viajero satisfecho que recomienda al Perú y en especial a quienes organizaron sus viajes; sin dejar de olvidar que cuando no es así, ello se refleja en experiencias negativas y la posibilidad de que el Perú no sea bien visto en sus círculos cercanos.
No olviden, amigos que nos leen, de escribirnos cuando desde lejos (y de cerca) quieran viajar, o sea adquirir gratas experiencias. Ellos serán grabadas por la cámara más potente que son sus ojos y archivadas en el más poderoso disco duro, su cerebro; bastando solo unos segundos para volver a vivirlas a través de los recuerdos
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