Dentro de 10 meses estarán juramentando quienes tendrán la responsabilidad de representarnos en el regreso de la Bicameralidad y un par de días después quién tendrá la enorme tarea de volver hacer transitar a nuestro Perú en el camino de la esperanza en su calidad de Presidente de la República.
El panorama no pinta bien. Cientos de aventureros pretenden alcanzar "su curul" ofreciendo promesas populistas y engaña muchachos.
Si bien es cierto que es enorme la irresponsabilidad de los partidos que llevan en sus listas a gente sin valores y con cero escrúpulos ni méritos; lo es más la de los ciudadanos que finalmente los eligen a través de su voto.
Es preocupante el grado de ignorancia de nuestra ciudadanía, producto de lo poco o mal que se informan a través de los llamados "influencers, productores de contenidos en redes sociales y conductores de programas basura". Aquí nace el problema, porque si tuviéramos una ciudadanía mayoritariamente informada y educada, simplemente descartaríamos "en una" candidatos sin valor alguno.
Esto no es de ahora por cierto; sino acordemos como en 1995 algunos eligieron a una vedette que se puso su número en las posaderas o cómo recientemente en el 2021 a través del fraude y con el voto de millones de analfabetos funcionales se eligió a un ignorante que decía ser maestro y terminó mostrándose como un vulgar ratero.
La campaña electoral ya está en marcha. Las primeras escaramuzas ya se dan y aún vemos cómo la ciudadania no se percata las cadenas que atan a chistosos que hoy hablan "serios" o a asesinos y filoterroristas que se llenan la boca con la palabra "democracia".
No podemos dejar de mostrar nuestra preocupación por la genuina indignación de muchos, lo que podría traducirse en un masivo voto de protesta que termine de desbarrancar a nuestro país.
Más allá de la orientación de nuestro voto, exijamos honestidad y capacidad. Qué no vuelva alguien como Susana Villarán a decir que es "la adalid de la decencia" o responsables de la muerte de más de 240 mil peruanos como Martín Vizcarra se presenten con "la solución al problema de la salud en el Perú".
La decencia no está garantizada por la palabra de algunos que se dicen "honestos". Estos no tienen que demostrar serlo en estos meses si no lo han hecho a lo largo de su vida. No basta parecer sino serlo con su ejemplo de vida.
A informarse y a elegir bien; luego no nos quejemos de "niños", cojudignos o ignorantes que dicen tener universidades.
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