miércoles, 24 de septiembre de 2025

LAMENTABLE

 


El otro día veía una entrevista a Rulito Pinasco y ante una pregunta dijo ser hincha de Universitario, pero como bien puntualizó la entrevistadora, este  gran periodista nunca mostró abiertamente preferencia alguna y menos cuando relataba y comentaba los partidos haciendo dupla con otro grande, Eduardo San Román, la Catedral del Fútbol.

Qué tiempos cuando se informaba con la verdad y con calidad. Hoy la prensa de todo tipo se ha vuelto un apéndice de las redes sociales, en las cuales muchas veces no se informa sino lo contrario. Ya ni qué decir "esas mesas" donde todos gritan a la vez y lanzan grosería y media, sin respeto alguno por quienes los ven.

Alguna vez un llamado "productor de contenidos" me dijo sin vergüenza alguna que a él no le importaba la verdad sino "los like", o sea el dinero que le producían las interacciones de sus rumores y falsedades.

Así hemos llegado, al punto que ayer al mediodía escuché replicar irresponsablemente un rumor en la sección deportiva del noticiero de Latina. No importaba si tuviera o no razón, era "el rating" o quizás algo más vil, mezclar su hinchaje con su trabajo. ¿Harán algo los directivos de ese canal en defensa de la verdad y el respeto a sus televidentes?

Esto ya es común y también en las cadenas internacionales dominadas por "periodistas" argentinos que son tan caraduras de decir que Argentina es lo mejor cuando gana pero cuando pierde es porque jugó mal y no porque el rival fue mejor. Sin embargo en un reciente caso los periodistas fueron chilenos, que según algunos fueron "parcializados" con el club U de Chile; algo que fue "condenado" por un periodista completamente parcializado cuando "narra" en Liga1 Max. De Ripley.

Lo cierto es que la ausencia de un periodismo objetivo y veraz es parte del problema por el que pasa no solo el fútbol peruano sino también nuestra Sociedad, o sea carencia de valores.

Nada bueno se avizora; nada parece que podrá cambiar si sigue habiendo comunicadores como Egúsquiza o Arévalo. Aquí lo criticable no es el derecho de tener una preferencia de cualquier orden sino aprovechar la posición para influir con mentiras o rumores en la opinión pública.

Recordemos siempre lo dicho por el gran periodista Luis Miró Quesada de la Guerra en el Centenario del subdecano de la prensa peruana, cuyos herederos muchas veces olvidan esa gran cita.


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