Una vez más volvemos a buscar responsables y culpables de los fracasos del fútbol peruano y creyendo que la clasificación al mundial del 2018 fue resultado del trabajo y no de una serie de casualidades que hicieron que la excepción confirme la regla.
Hoy no es la excepción; es producto no solo de los errores e ineficiencias de los directivos y entrenadores sino básicamente de una generación de jugadores que en una buena parte no saben lo qué es el trabajo profesional, disciplinado y con mucho sacrificio.
Ello es alimentado por la misma prensa que reclama éxitos, que sostiene que "en el Perú son necesarios entrenadores paternalistas (léase apañadores").
Cómo pedir renovación si algunos "periodistas" aplauden como focas a jugadores que días antes de un partido importante son sorprendidos libando licor en un lugar público (Sergio Peña); a gente que reconoce que la vida nocturna es parte de "su entrenamiento" (André Carrillo); a goleadores que hace 8 temporadas dejaron de serlo, ignorando que solo han anotado 5 goles en partidos oficiales (Paolo Guerrero) o gente que no muestra un ápice de disciplina con el pretexto que es "su vida privada" ( Christian Cueva).
Los citados no son una muestra de compromiso con los intereses de una selección "de todos"; sus justificaciones simplemente confirman que ignoran que ser profesionales no solamente implica cobrar dinero por jugar sino llevar una vida acorde como es el caso de dos referentes del fútbol mundial como sin Cristiano Ronaldo o Lionel Messi.
Hace mucho tiempo, luego de Rusia2018 se exigía "renovación" pero los mismos que la pedían hoy justifican que jugadores sin presente en incluso con 148' de juego tras 16 meses de para hayan sido parte de un papelón más como el 0-3 ante Uruguay. No es posible que Christopher González, Luis Advincula y Yoshimar Yotún hayan ocupado puestos que debieron ser ocupados por jugadores con presente como Inga, Sonne e incluso Burlamaqui.
Pero no todo queda ahí. Este 9 de setiembre nos jugamos "el último puesto" enfrentando a Paraguay y ya algunos comunicadores promocionan este partido como "un homenaje a los históricos" y que sea motivo para que algunos "rompan" récords y no el inicio de una nueva etapa.
No es hora solo de recambio de nombres sino de actitud, de principios y valores; de entender solo con trabajo sacrificado se logrará revertir los fracasos.
Demos gracias a quienes en su momento lograron darnos algunas alegrías y que se vayan de una vez y no sean "tapón" para la aparición de otros que puedan cambiar las cosas. Qué Gallese, Zambrano, Tapia, Lapadula, Trauco, Cáceda y los otros citados líneas arriba se hayan despedido ya.
Finalmente, entendamos que no solo es cuestión "de calendarios" sino de forma de pensar y que el ejemplo de un jugador hacen el final de su carrera como Aldo Corzo señale el camino de los jóvenes, que esperamos cambien el destino del fútbol peruano.
PS Leo la exigencia del jugador Marco López para que las autoridades de la Federación Peruana de Fútbol asuman su responsabilidad en este fracaso. Tiene la razón ¿cual es su mes culpa? ¿Dijo algo contra los argolleros, indisciplinados y la falta de actitud? Callar es complicidad!
Espero que el próximo DT tengs el respaldo suficiente para que convoque de acuerdo a su criterio y sin las presiones de siempre.
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