El día lunes pasado leí la columna siempre interesante de Rolando Arellano, una de las pocas interesantes que quedan en el decano.
En ella Arellano se enfrasca en un debate semántico sobre quiénes son emprendedores y quiénes empresarios.
Arellano hace una distinción entre quién es solo inversor y por tanto propietario (emprendedor) y quién es el gestor (empresario).
Otro factor es el tamaño de la unidad empresarial. En las pequeñas el emprendedor-empresario es común mientras que en las grandes es común encontrar gerentes contratados que se encargan de gestionarlas por encargo de el o los propietarios y es entendible que así sea. En la lógica del crecimiento empresarial, alguien es propietario de un conglomerado de empresas ("grupo") y es imposible que pueda dedicarse a cada una en sus distintas funciones. Incluso en este caso los directorios también necesitan la presencia de representantes de los inversores.
Arellano hace también el aclare que el emprendedor es aquel que orienta sus esfuerzos para sobrevivir y crecer. Y claro. El tema que aquí y en la Cochinchina, la esperanza de vida de un emprendimiento es muy bajo y aquellos que salen adelante años más tarde los veremos ser las grandes empresas. Un ejemplo de ello es los supermercados Wong, que de una tienda de barrio se convirtió en un imperio hasta su venta a otros propietarios. Otro ejemplo es la humilde carretilla de Doña Grimanesa que con el tiempo se convirtió en la "reyna" de los Anticuchos sin ser por cierto una empresa gigantesca pero sí rentable y exitosa.
Como bien dice Arellano, usemos los conceptos para revalorar a aquellos que crean riqueza y empleo. Más allá de los significados en el Perú necesitamos gente que arriesgue e invierta y que a su vez se capacite para llegar a ser exitoso. Sin embargo, ello por lo general lo vemos en los casos de "la segunda generación " como el caso de la empresa New Athletic pero también es necesario contar con gente capacitada que gestione con excelencia.
Finalmente queda decir que pocos (hoy mucho más) son aquellos que arriesgan. Es una cualidad innata y que hace que alguien con muy poco capital inicial lo transforme en grandes fortunas. El salto cualitativo solo se dará en una economía libre que incentive la libertad. En un sistema opresor, ya sabemos qué sucede; siendo China una excepción que tiene otras explicaciones.
Dibujo: WorkMeter
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