La historia se remonta a un pico más de 35 años. Ya estaba practicando en el Banco Industrial y esperaba ser nombrado algo que demoraba.
A la par tenía una propuesta para trabajar en una importante empresa automotriz en la cual había ingresado mi amigo José Arroyo (JArroyo) en la que terminaría siendo uno de los puntales del equipo de ventas.
Al poco tiempo fui nombrado y la oportunidad de ser vendedor se evaporó pero mi amistad con José continuó y fue en una de las reuniones que siempre manteníamos visitamos Konfort Car , una de las empresas pioneras en instalación de alarmas, equipos de seguridad y sonido.
La empresa quedaba en en distrito de Lince, en la esquina de Merino con Casanova. El equipo técnico estaba compuesto por Walter y Jorge, unos tromes; Blanca era la secretaria y el gerente y hombre orquesta era Enrique Cubas, a quien todos le llamaban "el Amiguito Cubas". El término "amiguito" luego se haría de uso frecuente en todas partes.
Junto con ellos también estaba Tarrillo, que era un vendedor "freelance". Y por supuesto estuvieron a su lado su hijo Paquito, un gran muchacho al que vimos crecer y su hijo Kike, cuando vino un tiempo por Perú.
Alrededor del negoció también se movía un grupo de variados personajes, cada quien con su historia. Todas las semanas había una o más reuniones. Camucha, José Munaguilla llamado Papá Noel, Julio Huarachi, los Leones (uno abogado y el otro, un bravo oficial de la Infanteria de Marina), Jaime Jaramillo, el Bombero, Saúl Tejada, la Patrullera, Jaime Benzaquén, Carlos Mispireta, Maguiña, el Incauto y otros más. Cada reunión dejó más de una anécdota que incluían amores, broncas, amistades y enemistades eternas. También iba a quien llamábamos "el Diputado", me refiero a Jano Montoya, quien sin temor a equivocarme fue el inventor del uso del Cilindro para hacer alitas de pollo y otros. También recuerdo a Don Edilberto, callado pero siempre amable. Un caballero.
Kike siempre fue amigo de sus amigos; generoso y leal. Alrededor de Konfort Car también estaban el hace poco finado Piris, Koki Carcovich, Manolo ("Oigaaa..") y por qué no citar a la señorita Lili sexagenaria de la tienda que vendía las refrescantes Pilsen que acompañaban las reuniones.
Enrique Cubas siempre tuvo una conversación animada, llena de anécdotas y recuerdos.
Pero no todo fue felicidad. Pasó el tiempo y el negocio tuvo "vacas flacas", lo que le obligó a emigrar a los Estados Unidos hace unos 20 años, más o menos.
Nos vimos hará unos 10 años en su departamento de Surco junto con JArroyo. Ese día preparé un rico Tallarin Saltado y no faltaron las Pilsen y los recuerdos de aquellos años en Lince o como decía Kike, Linzódromo.
Enrique es uno de mis lectores pero sobre todo amigo con el que siempre conversamos por WhatsApp. Vaya estos recuerdos como homenaje a él y a toda "la Batería Pesada" que por años se reunió en la esquina de Merino con Casanova.
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