¿QUÉ HARIAS SI...?

En estas semanas estamos siendo tentados por diversos candidatos que nos piden su voto con propuestas de todo tipo valiéndose de diversos medios y formas.

Aquí no importa tanto si es gente conocida o mediática sino qué credenciales presentan tanto en estudios, experiencia laboral y por cierto de vida.

A lo largo de más de 40 años de elector hemos visto ignorantes y sabios; experimentados y desconocidos; honestos y otros que decían serlo pero no lo eran y las más estrambóticas propuestas.

Sin embargo nuestro "generoso" pueblo siempre ha dado su voto en muchos casos a quienes no debía y luego se lamentaban como si no fuera su responsabilidad.

Recordamos que han sido electos folclóricos personajes, vedettes que se dibujaban su número preferencial en las posaderas o personajes con turbios antecedentes que luego se confirmaban en el transcurrir de los años de su mandato.

Qué decir de los candidatos presidenciales que en los últimos años han estado involucrados con la corrupción  de Lava Jato,  la que solo Rafael López Aliaga condena y frente a la cual el resto guarda silencio aunque hablan de "luchar contra la corrupción ".

A cuántos de los actuales candidatos ustedes confiarían la gerencia de su empresa, si la tuvieran. Cuántos tienen calificaciones académicas, experiencia laboral y moral suficiente para dirigir los destinos de un país que va camino del precipicio "gracias" a 10 ultimos años de desastrosos gobiernos.

Hoy no hay reelección y muchos dicen ser  nuevos como si las elecciones fueran una suerte de lotería que solo se repite una vez. Gente que sabe como el analista José Cevasco reclama partidos institucionalizados y políticos profesionales. Cuanta razón tiene. 

Ni qué decir de la imperiosa obligación que tienen  los candidatos de exponer con claridad y seriedad sus propuestas y no usando métodos faranduleros.

Hay gente valiosa que merece nuestro voto. Gente con vocación  de servicio, de probado éxito y capacidad sobre todo moral. A ellos demos nuestro voto más tengamos mucho cuidado de caer en la estupidez  de confiar por enésima vez en ignorantes, incapaces, aberrantes y corruptos.

Elegir es un tema serio y no una apuesta "tiktokera" o de aquellos que ni saben dónde están parados.