Estamos a 7 semanas de finalizar el 2021, un año que ha traído mucha incertidumbre y por qué no decirlo, desesperanza al comprobar que muchos peruanos no reaccionan ante los evidentes peligros que trae un proyecto comunista que intentan imponer en nuestro país.
Cuesta creer que no nos miremos en el espejo del poco más de un millón de venezolanos que vino al Perú escapando de la miseria y opresión castrochavista.
Los peruanos también hemos pasado por ese difícil trance en los años 80s y inicios de los 90s cuando miles de nuestros compatriotas tuvieron que optar por irse del país para rehacer sus vidas pues el Perú ya no les daba la oportunidad de vivir con dignidad. Una dramática elección que marco la vida de cientos de miles y abrió un horizonte lleno de incógnitas.
Sin embargo, pese a esta realidad, preferimos comentar sobre los viajes que no tienen ese signo sino aquellos que nos dan alegrías. Estos vuelven a poder realizarse tras el declinar de la pandemia, aunque la economía de muchos no lo permite, por el momento.
Cualquier viaje - por más simple que sea- nos brinda la oportunidad de conocer nuevas costumbres, enriquecer nuestra forma de ver la vida y por tanto, ello nos hace ser más tolerantes gracias a las nuevas vivencias.
Hoy en día, la tecnología nos brinda muchas herramientas para guardar recuerdos de los viajes. Las cámaras digitales y nuestro Smartphone nos permiten captar momentos y transformarlos en eternos vía una foto, una grabación de video o de audio. Sin embargo, hay que tener presente que las mejores cámaras o aparatos electrónicos son nuestros ojos y el más potente soporte de memoria es nuestro cerebro. Ellos no fallan y servirán para que nuestro cerebro y corazón se llenen de gratos recuerdos y estos vuelvan en cualquier momento de nuestra vida. Por tanto no se afane por tomar fotos y videos con tanta ansiedad. Viva, experimente e interactúe con toda la intensidad de sus sentidos.
Disfrute de sus viajes. Ellos no solo le permitirán relajarse y gozar de la vida sino de llenarnos de buenos recuerdos que almacenamos en nuestro “mochila” con la que caminamos con la vida. Estos recuerdos nos permitirán afrontar los momentos de tristezas e incertidumbre y con ellos pasar esos difíciles trances.
Ojalá que el próximo viaje que hagamos no sea para abandonar un país - nuestro país- que se esté yendo al hoyo sino como consecuencia de un mejor presente que nos permita darnos ese inigualable placer que es viajar.
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