Uno escucha el tango "Cambalache" (1934) y no tenemos duda alguna que su compositor Enrique Santos y su intérprete el gran Carlos Gardel deberían no solo recibir un premio in memorian sino algo más que eso.
"El mundo es y será una porquería, en el 510 y en el 2000 tambien"; dice la canción, que se aplica desgraciadamente para nuestro Perú. Justamente hace 21 años empezaron de nuevo los problemas para nosotros con el ascenso de Paniagua y de la mano de él, la caviarada.
Hoy todo lo dicho nos cae a pelo hasta, "lo mismo un burro que un gran profesor". Qué desgracia la nuestra.
El líder de APP César Acuña reconoce que tenemos "la desgracia de tener como presidente a alguien incapaz de tomar decisiones". Sin embargo, habla de que hay que apoyarlo para proteger la "estabilidad" del Perú. ¿Qué estabilidad? Nos estamos yendo al hoyo.
Hará un siglo el gran pensador Manuel González Prada (1844-1918) hablaba que en el Perú por donde se apretaba, brotaba la pus. Hoy no es necesario apretar nada. La pus de la corrupción brota por todo lado sin que algunos "lideres empresariales" hagan nada concreto. Al contrario, llaman a mantener el status quo o sea lo que el ex vicepresidente 2000-2005 Ricardo Marquez llama "estabilidad" pero en el 2000 no tuvo el coraje para sostener el gobierno electo por cinco años. Ahí no había "gobernabilidad" que defender. Tiempo después la caviarada escribiría "la nueva historia" de lo que pasó en aquellos años.
Lo que sucede hoy en día no tiene ya defensa alguna sin que esto signifique complicidad o por lo menos implique ser "tontos útiles" que avalan con su silencio o palabra un proyecto comunista que busca destruir el Perú para crear "una nueva democracia".
No más un Perú de "chorros, inmorales, incapaces y gente que afane para no ser giles"
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