JR

 

En estos momentos que usted lee este artículo, al parecer, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) habría decidido la salida de Juan Reynoso (JR) como entrenador de la selección de fútbol; pero ¿por qué no la oficializa? Simplemente porque si lo hace de manera unilateral -sin respetar el contrato con Reynoso- tendrá que pagarle una indenmización, seguramente convenida previamente.

¿Entonces que esperaría la FPF? O que Reynoso renuncie (a fin de no pagar la penalidad) o negociar un monto menor; algo que no parece estar en los planes de JR.

La afición con lógica razón pide que Reynoso se vaya (y de paso se lo pide a los directivos de la FPF) sin cobrar un centavo. Incluso algunos -con atrevida ignorancia- lo instan a que "deje de robar". Ignoran que Reynoso podrá tener muchos defectos pero no el ser vago ni ladrón. Otros incluso se atreven de señalarlo como "un mexicano que ha venido a destruir el fútbol peruano". JR no solo destacó como jugador en Perú sino como entrenador e hizo una destacada carrera como jugador en México sobre todo en el Cruz Azul, equipo al que luego de más de dos décadas sacó campeón como entrenador. La última vez que ello había sucedido fue cuando Reynoso fue su capitán. Por cierto habría que ser baboso para sostener lo que algunos iletrados dicen.

Dicho esto, no podemos negar lo evidente. Así lo dicen los resultados y cómo juega la selección. Reynoso ha fracasado como entrenador de una selección (por esta vez). No es lo mismo serlo en un equipo teniendo tiempo y un horizonte más amplio que serlo de un equipo nacional.

Sin embargo Reynoso no fracasó solo. No encontró respuestas en los casi 30 jugadores que usó, pese a que persistió tratando de encontrar mejores actuaciones. Un detalle habla por sí solo. Probó seis parejas de defensas centrales en seis partidos, sin resultados positivos.

Sin embargo aparte del rendimiento individual y colectivo de los jugadores, no olvidemos lo sucedido con en engreído del Tigre, que no fue tomado en cuenta por Reynoso por razones completamente de orden técnico y disciplinario. Ello originó que varios jugadores -al parecer- hicieran causa común con Cueva y "se lesionaran last minute". En otros tiempos, ¿eso se llamaba "hacer la camita"?

Reynoso no es una persona que le guste ser "amable". Eso ocasionó diversos choques con la prensa acostumbrada al floro, al humo y a las "facilidades" como viajar en el avión fletado por la selección, lo que les aseguraba "primicias".

El colmo de esas "facilidades" sucedió en el viaje a Qatar en el 2022. Al ya no existir ello ocasionó que las críticas inamistosas a Reynoso empezarán como dice una canción ("from the beginning" de Emerson, Lake & Palmer).

Muchos -con mucha razón- exigen una renuncia a Reynoso debido a los malos resultados y el panorama que se presenta; sin embargo, cabría preguntarnos sobre si habría alguno estaría dispuesto a renunciar a 2.4 millones de dólares. Quizás los haya pero no serían ni el 0.1%. No solo pensemos en los gestos de decencia sino también en el respeto a los contratos firmados o a la palabra empeñada. Tanto hablamos de institucionalidad y muchos quieren "el caballazo".

Finalmente, los responsables de este suceso deben dar cuentas a quienes corresponde (la Asamblea de Bases) y no a la Contraloría General de la República como algunos dicen ignorando que la FPF es un ente de derecho privado y el 100% de sus recursos son de origen también privado (incluidos los provenientes de las taquillas originadas por entradas carísimas); por tanto exigir que se muestren contratos o se rindan cuentas es solo un "buen deseo".

Sin embargo la sufrida afición (*) merece respuestas, que se exija cumplimiento de objetivos y esto esté "amarrado" a un contrato con los responsables de la conducción de la selección. Si esto no se ha hecho, deberá hacerse esta vez con el reemplazo de JR (se habrá hecho antes con Gareca, por ejemplo).

"La novela Gareca" aún no tiene fin, ni pareciera tenerlo a no ser que la FPF cumpla con lo pactado.

* Por cierto no esos que aparecen con camisetas de Messi y aplauden al rival o aquellos que llamaron a no asistir a alentar a la selección