jueves, 8 de agosto de 2024

EL DIA SIGUIENTE

 


Después de los festejos de la víspera y del día del Centenario, que incluirán diversos actos que durarán todo este año, continúa el trabajo arduo para seguir reconstruyendo una institución dejada en escombros por sucesivas administraciones que hasta pretendieron liquidarla, pero antes enajenar activos y pagar "deudas" infladas o inexistentes; en provecho ajeno a los intereses de nuestro club.

Hemos sido testigos de días aciagos, tanto como los que vivió el Perú tras el desastre heredado de gobiernos "democráticos" y experimentos socialistoides del periodo 1960-1980.

No hay peor enemigo que el enquistado dentro de casa; los de afuera es previsible lo que hagan;  pero no llega a sorprender su ignorancia en unos casos y en otras su vesanía; incluso al punto de "extender saludos" de manera falsa y por igual ridícula.

No extraña haber llegado a este punto con algunos que se decían "compadres". A lo largo de los últimos años se han encargado de construir "una narrativa" que en base a repetir mentiras han intentado convertirlas en "realidad". Eso ya lo hemos visto en otras circunstancias como cuando algunos pretenden llamar "conflicto armado interno" al terrorismo.

En este caso son mentiras menos trascendentes pero igual lo son; como negar una baja "salvada en mesa", convertir una derrota en triunfo y como consecuencia en "un título" (1934), escaparse de la cancha para no ser goleador ("la noche de la vergüenza" del 3 de agosto de 1888) u otra vergonzosa actitud como no reconocer una derrota y apagar la luz de su cancha para impedir la celebración del rival victorioso (el apagón del 8 de noviembre del 2023).

Sin embargo esto no quedó ahí pues desde el apagón del año pasado empezó una campaña de mentiras (con apoyo de ciertos periodistas que usan métodos de la llamada "prensa basura") para deslegitimar un titulo que se logrará al final de la temporada, pese a quién pese. Esto está claro, sin duda alguna. Incluso muchos de sus voceros usan todos los canales de comunicación (incluyendo las redes sociales) para decir sin descaro alguno que "intentarán" (pero no lo lograrán) evitar que la U campeone en el año de su Centenario. Su objetivo es ése, propio de mediocres que no buscan "su éxito" sino el fracaso de otros.

El tiempo lo dirá y el odio y mentiras quedarán expuestos. La envidia (transformada en mentiras) de ver al rival recuperarse, ser exitoso y camino volver a volver a tener una robusta salud institucional y deportiva, hace que una ley justa y valederas sea señalada que servirá para "hacer perro muerto" cuando en verdad permitirá ordenar el pago a los diversos acreedores; lo que quizás no quiera el administrador judicial de los fabricantes de mentiras, cuya careta se caerá cuando tenga que afrontar los pagos indenmizatorios a una televisora o a un entrenador presuntamente engañado.

Dicho esto, queda mirar adelante. Los ganadores no miran hacia atrás ni a los empequeñecidos por el odio y sus mentiras. Sin embargo es menester no callar, hay que responderles a algunos, no a todos los hinchas de algunos equipos cuya gran mayoría ha tenido la hidalguía de saludarnos por nuestro Centenario, como mis amigos hinchas de otros equipos que hicieron honor a su caballerosidad y calidades personales.

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