miércoles, 28 de agosto de 2024

¿NO CAMBIAMOS?

 


Un gran germen se inoculó en  la mente de los peruanos en el período 1968-1980 y desgraciádamente no pudo ser combatido en los años 80's, en cuyo quinquenio 1985-1990 cobró fuerza. La injerencia del Estado en gran parte de la actividad nos hizo dependientes a la hora de buscar empleo o de pagar las cuentas, muchas de ellas subsidiadas.

La farsa de una aparente prosperidad en los primeros años del Velascato explotó en 1975, obligando a un ajuste económico tras su caída, el 29 de agosto de ese año.

El proceso llamado "revolucionario" trajo consigo la destrucción de una floreciente industria azucarera y de muchas eficientes y prósperas haciendas de todo tamaño en la costa y sierra ("gracias" a la reforma agraria) así como el nacimiento de una industrialización fallida debido a "los pies de barro" en los que se sustentó su conceptualización (mercado cautivo, aranceles, créditos subsidiados y otras distorsiones).

El Estado fue el gran "empresario" y pésimo gestor, lo que se tradujo en crecientes pérdidas en las empresas estatales y el consiguiente déficit fiscal que nos arrastró a una pavorosa crisis económica que el segundo belaundismo no supo corregir y que se profundizó con el primer (y desastroso) gobierno de García Pérez.

Pero estando al borde del precipicio, el Presidente Fujimori tuvo el coraje de enfrentar el reto de corregir el rumbo y volver hacer elegible y viable a nuestro país.

Tras el traumático shock del 8 de agosto de 1990, comenzamos a ver la luz y nació una nueva clase empresarial y con ella muchos peruanos olvidaron al "estado empresario".

Sin embargo, tras la pandemia políticos irresponsables aprovecharon la necesidad e ignorancia de muchos para volver a "vender sebo de culebra" (leyes populistas casi han saqueado miles de millones de ahorro provisional y otra vez se intenta volver al control de precios y a la dilapidación de fondos públicos vía la devolución del llamado FONAVI).

Hoy en la mañana escuchaba a algunos entrevistados por una radio local "exigir" control de precios como si esto fuera el remedio para combatir la inflación. Sin embargo hay muchos "Lunas" que promueven el populismo barato y pocos "González Izquierdos" que enseñen que el camino es la libre empresa y la inversión privada.

Ojalá que volvamos a la cordura y al camino de la prosperidad y no al modelo fracasado del castrochavismo, del kishnerismo ladrón o del masismo boliviano.

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