viernes, 22 de mayo de 2020
ALEMANIA
Ayer leí un artículo del periodista José María Cascajal en el diario español ABC sobre Alemania. Comparto algunos puntos de vista pero en otros difiero.
Alemania ha visto nacer a grandes hombres y otros no tanto pero lo que nadie puede contradecir, creo, es que es un pueblo trabajador y disciplinado que hoy tras 75 año del final de la Segunda Guerra Mundial muestra al mundo un país poderoso.
Cascajal comenta el lamento de alguien ya que Alemania no fue parte del Imperio Romano pero su idioma, lógico, difícil para algunos y sonoro tiene mucho que ver con el Latín, el que aprendí en mi adolescencia y facilitó mi aprendizaje de ese idioma, sin gran dificultad.
Las generaciones de la post guerra fueron envenenados por alguien que quiso que cargaran culpas ajenas. Hasta hoy, creo, tienen que pagar deudas a quienes no merecen ya ni merecían como el caso de un difunto hijo de inmigrante que nació en Perú en 1933.
Como ya lo he dije, viajé por primera vez a Alemania en 1990 a los pocos días de la caída del Muro Contraste una pujante Alemania Federal con una mal llamada "democrática". Eran otras épocas y pese a haberme preparado para ir a este país me sorprendí con detalles importantes como los horarios de atención en supermercados, la numeración de sus calles, la presencia de mercados en sus plazas (como ya lo he dicho), por citar tres. Me fui en medio de la crisis casi terminal que abatía al Perú y llegué a un país próspero en donde había orden, respeto a la ley, puntualidad. Los horarios y la palabra se respetaban.
A contrapelo de lo que dicen muchos sin saberlo, los alemanes son hospitalarios si eres cumplidor de sus normas. Me encontré con antiguos amigos e hice nuevos que incluso me invitaron a sus hogares o a los de sus padres como en el caso de Bernd Reihle o me ofrecieron posada como Elke Gust, Ralf Kunas o Barbara y Michael Henni. Nunca dejé de tener contacto con alemanes en su idioma, leía Die Zeit y conocí 34 ciudades entre grandes, medianas y pequeñas.
Viajé en el mitFahr Zentrale, fui a lugares emblemáticos como el Hoffbreuhaus y el Englischer Garten de Munich, el barrio de Sachsenhausen cerca a Frankfurt, el barrio de Kreuzberg en Berlin, el Jazz Haus de Freiburg. Fui a la tribuna popular del estadio de Nuremberg (Nuremberg - Koln 1-1). Vi el partido sentado, a pesar que ahí es para estar parado, pues no había mucha gente.
Comí lo que comen los turistas, en la Mensa lo que comen los universitarios, en la Kantine lo que comían los empleados del Dresdner Bank y como lo dije en casas de amigos. Allá fui por primera vez a un Mc Donalds.
Me acostumbré a los costumbres, fui puntual allá como lo soy acá, disfruté de paseos y viajé en un servicio de transporte insuperable.
Vi, y comprendí, las molestias de muchos por la presencia indeseable de inmigrantes que algunos políticos impusieron como carga al Erario Público como me molestó a mi por igual los "asilados" mentirosos o algunos inmigrantes que impusieron a la fuerza su presencia casándose allá. Está claro que muchos aportaron y se integraron a la sociedad sin imponer sus costumbres como lo hacen hoy gente venida de países con otras formas de ver la vida.
Pude quedarme por ciertos azahares de la vida pero opté por regresar en el plazo que la visa me permitía estar legal.
Es cierto que no todo es color de rosa. El diario más leído es "un trome", el Bild aunque hay grandes diarios como el Frankfurter Allgemeine, el Suedeutsche Zeitung e incluso muy buenos regionales como el Berliner Morgen Post o el Badische Zeitung de Freiburg.
Para mi gusto, las ciudades más añoradas son Freiburg, Hamburg, Berlin, Lindau y Frankfurt. No sé si en ese orden pero la que más evoco es Freiburg im Breisgau (Schwazwald). Un atractivo de muchas ciudades es su centro histórico, todos reconstruídos a pesar de haber sido destruidos casi por completo en la segunda guerra salvo el de Stuttgart cuyos planos no pudieron ser puestos a buen recaudo en la guerra del 1939-1945.
Como imborrables recuerdos y para concluir, se me viene a la memoria la invitación de Elke en mi cumpleaños 29, el guiado de una anciana para regresar a casa los primeros días de estadía en Freiburg, la cena en la casa de Knut y Raymonde, el Bourguignon en Tegel en casa de Ralf, las noches en el Jazz Haus, las clases en el Goethe de Freiburg, los paseos en el Volkspark de Hamburg, en el Englischer Garten de Munchen y en la Selva Negra, la estadía en la casa de los entonces esposos Annette y Mario en Essen, el Trainee Program en el Dresdner Bank y los viajes en primera clase de ICE.
Alemania sin duda fue el país donde mejor me sentí. Estuve en 13 países y en casi 60 ciudades.
Vamos a ver si el covid nos permite regresar por esa hermosa tierra.
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