martes, 12 de mayo de 2020
¿MAS VALE TARDE QUE NUNCA?
Es un dicho que no siempre vale y menos en una situación como la que vivimos. Los muertos son producto de la incapacidad, inexperiencia y corrupción que abaten nuestro país como jinetes del Apocalipsis.
Parece lejano el día que escuchamos que una peste abatía la región china de Wuhan en la cual se construía un hospital en diez días. Pensé que era un alarde de eficiencia. Qué equivocado estaba. Era la imperiosa necesidad ante los muertos que nunca declararon los padres de la Gripe China, quienes encubrieron todo con reportajes sobre "los mercados mojados y la sopa de murciélagos".
A los días leíamos sobre la suspensión del Carnaval de Venecia pero igual se jugó a estadio lleno el Atalanta-Valencia y algunos miles de aberrantes marchaban en Madrid. ¿Cuántos de ellos estarán hoy bajo tierra?
Cuando llegó a Brasil aún la peste no parecía tan cercana hasta que llegó al Perú en un vuelo procedente de Europa.
Hasta ese entonces el gobierno no había hecho nada, bueno hizo planes y estudios como manda su lógica caviar. Nadie fue testeado ni aislado. Siguieron viniendo aviones con enfermos o con portadores del covid19.
No se prepararon los hospitales, ni compraron pruebas moleculares, ni equipos de protección, menos se reactivaron los comedores populares ni se alistaron los padrones de peruanos en riesgo. En el Estado solo se promovía la muerte y la agenda aberrante.
No se prepararon albergues ni planes de contención. Miles de caminantes tuvieron que iniciar su éxodo al poco tiempo. Los mercados ni el sistema de transporte fueron sujetos de la mirada de ningún funcionario. Nadie en el MIDIS vio la necesidad de bancarizar a millones de informales.
Cuando se tuvo que hacer algo se despilfarraron recursos en manos de incompetentes (y también en muchos casos de corruptos) funcionarios regionales y municipales. La corrupción brotaba por todo lado y hasta ahora nadie responde por ello. Las Fiscalías Anticorrupción y la Contraloría dan manotazos de ahogado.
Contados periodistas mostraron la verdad. Muchos aplaudían como focas ante la incapacidad. Se creó un escenario en el que solo los "ciudadanos irresponsables" eran los causantes del fracaso de la cuarentena (que será de 70 días, si no es más).
Encuestas por redes sociales premiadas con puntos hablan de aprobaciones al estilo cubano mientras Iquitos, Chiclayo, Piura, Chimbote y Lima lloran a sus muertos que no figuran en "las cifras oficiales" y que no pueden ser finalmente escondidos por hipos en las estadísticas de muertos en abril de este año sin explicación alguna. ¿Por qué insistir con las pruebas rápidas? ¿Cuántos más falsos negativos tienen que morir? ¿Y qué decir del. ministro de Agricultura, positivo de este mal? Ni una palabra de público aliento. Así paga el diablo a quién "bien le sirve". Lealtad, una palabra que no existe en el diccionario de este gobierno. PPK bien lo sabe!
Los bonos para paliar el drama no llegan aún para muchos y el hambre y sufrimiento golpean a muchos hogares.
Frente a este panorama el Presidente tiene su programa de mediodía ahora espaciado, con preguntas y respuestas convenientemente preparadas, las que le dan un marco de verosimilitud al monólogo. Los Ministros no dan fuego salvo el de Defensa. Hay héroes anónimos que caen como consecuencia de la incapacidad de un tuitero faltoso que hoy funge de ministro.
En el aparato público pocas cabezas merecen seguir en sus puesto (Julio Velarde en el BCR, el jefe de INDECI y algunos otros). El Defensor del Pueblo (¿de qué pueblo?) y la presidenta del Tribunal Constitucional recién se dan cuenta de lo pésimo que el gobierno gestiona la crisis y el Congreso "existe" gris, anodino y vergonzosamente con la voz baja para poder seguir "cobrando el sueldito".
Hoy se intenta hacer algo que muchos dijeron que debía hacerse. El Almirante Montoya y el General Williams hablaron y escribieron con claridad. No fueron escuchados, como tampoco especialistas médicos como el Doctor Bustamante.
Las almas de los muertos señalan a los responsables que obraron mal, hicieron poco y dejaron de hacer mucho.
Ministros y autoridades en el más alto nivel se aferran al cargo cuando hace tiempo debieron ser expectorados como debieron serlo jueces, fiscales y carceleros odiadores cuya "obra" se refleja en las cárceles que son los últimos escalones del Infierno.
Tampoco podemos dejar de alzar la voz en contra ante la promoción de un "nuevo orden mundial" que busca coactar la libertad, destruir la iniciativa económica privada, envenenar a niños y jóvenes y asesinar a seres humanos no nacidos. Buscan destruir la Fe, a la Iglesia Católica y promover el colectivismo comunista.
Nada parece dejado al azahar. Todo parece apuntar que esto es un plan bien diseñado para que incapaces, inexpertos y corruptos hagan la tarea sucia de mentes demoniacas.
Es hora de amputar miembros putrefactos antes que el paciente llamado Perú muera por septisemia
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