miércoles, 13 de mayo de 2020
INFORMALIDAD
Informalidad, cuántos hablan en tu nombre y ni siquiera han ido por los principales puntos de la ciudad donde se asientan los informales.
El debate sigue abierto. En los 80s se empezó a visibilizar una economía subterránea que hoy representa aproximádamente un 70% del PBI.
Escucho en estos momentos al economista Miguel Jaramillo de GRADE quien revela que hace un tiempo este centro ofreció financiar la formalización de mypes en el Centro de Lima. Solo un tercio del número previsto fueron formalizados en parte porque unos son los costos de entrada y otros tantos los de permanencia, entre ellos costos absurdos que hacen inviables muchos emprendimientos fuentes generadores de empleos y por ende de desarrollo.
Hoy mismo vemos los requisitos que iluminados burócratas pretenden imponer a las empresas para poder reabrir en esta crisis. Como contratar a enfermeras o tener en planilla a un ingeniero que "controle" la distancia social. La burocracia será incapaz de solucionar los problemas del ciudadano pero sí es eficiente para asegurar sus empleos pues cada absurdo requisito garantiza "su existencia fiscalizadora" de los lastres que representan sus normas de todo tipo.
Hernando de Soto es una de las mentes lúcidas que ha estudiado el tema desde El Otro Sendero hasta El Misterio del Capital, en diversos formas y oportunidades
Pero la informalidad no es solo un problema económico o jurídico sino Multidimensional como bien explican mis dilectos amigos, los Magister Jorge Castillo y Sandro Virrauzaga, quienes dicen acertádamente que la línea entre ser formal o no es muy delgada y difusa. La informalidad es la capacidad del Estado para integrar a millones de peruanos, tarea que deber ser acometida con prioridad.
Hace 25 años pasé por el entonces Mercado Ceres Era el caos institucionalizado donde el tema era no solo tributar o no, sino una forma de vida. La anomia y taras culturales son dos razones que impiden dar un primer paso hacia la formalización cuyas consecuencias hoy pagamos. Muchos peruanos que sobreviven en esa economía subterránea (y también ilegal) no son visibles para el apoyo estatal.
Al tiempo de pasar diariamente por este mercado se inició la construcción de un by pass en Vitarte y ello obligó a que el mercado de Ceres fuera erradicado. Desaparecieron conexiones clandestinas, costras de suciedad y roedores de dos y cuatro patas. Un nuevo Ceres se abrió paso. Sin embargo, el caos volvió a imperar en la zona.
Esta crisis trae problemas pero también posibilidades de cambio. Es hora de un shock formalizador. Se requiere la contribución de gente como De Soto, de poco conocidos pero valiosos profesionales como Jaramillo, Castillo, Vidaurrazaga y tantos otros. Es hora de bancarizar, de que los grandes mercados mayoristas solo negocien a través de pagos digitales. Que no se siga festejando la zxistencia de algo que en un momento fuera considerado "una solución temporal" a la crisis ochentera pero se convirtieron en algo permanente y hoy son una maldición, como las "combis asesinas" del transporte urbano.
El tema de la formalización debe ir acompañada de creativas formas que faciliten ello vía disposiciones y trámites simplificados pero a su vez es necesario crear una nueva mentalidad que permita que el peruano sepa que tiene derechos pero ante todo deberes y que nada es gratis. Los servicios que brindan el Estado tienen un costo que debe ser financiado no solo por un 30% de peruanos sino por todos, desde la más grande empresa hasta por emolienteros o mototaxistas.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Totalmente de acuerdo,esa es la realidad y la madre de la crisis permanente en nuestro país. Sino se formaliza nuestro país, jamás será un país desarrollado., lógicamente trabajando duro todos juntos para un verdadero y sólido cambio de mentalidad.
ResponderBorrar