¿JUEGO DE CARTAS?

Pensaba escribir sobre alguien pero la verdad que no vale la pena. Tan sencillo como eso.
Hay preocupaciones mayores y prioritarias como para hacerle caso a los "alpinchistas" faltosos.

Hoy constatamos que la situación sanitaria no mejora y ante el fracaso de un gobierno incapaz, éste se empeña en exacerbar los conflictos políticos incluso al punto de que el Primer Ministro no quiere presentarse a te el Pleno del Congreso para pedir Cuestión de Confianza, una obligación constitucional de la cual no puede substraerse a no ser que quiera volver a cometer un golpe de Estado.

¿Qué dirán las nueve (¿o diez?) bancadas que abierta o implícitamente apoyaron la ruptura del Orden Constitucional? ¿ Qué dirá el Tribunal Constitucional si llegado el momento el gobierno entrara en rebeldía? ¿Volverían a hacerse los sordos, ciegos y mudos al igual que la Defensoría del Pueblo y otros organismos que declinaron defender la Constitución?

¿Será éste el pretexto perfecto para atornillarse en el cargo porque "el pueblo se lo pide" a través de encuestas "puntos bonus"?

¿Habrá una elite valiente que haga entender a un pueblo golpeado por el covid y adormecido por el aislamiento que es necesario decirle no a cualquier intento de una vanguardia comunista que ya sueña con el apoyo de cubanos y chavistas disfrazados de médicos?

Veo en estos momentos en una entrevista televisiva a un cuasi desaforado presidente que decía ser de lujo y que carga en sus hombros la responsabilidad de haber llevado en su fórmula presidencial a alguien que no ha dado la talla y a otra que le faltó coraje para asumir un rol histórico. Da qué hacer cómo da recetas al igual que otros que pasaron por Palacio de Gobierno o en su momento se pusieron el fajín presidencial y fracasaron estrepitósamente. La incapacidad y corrupción de quienes debieron hacer las cosas bien son las responsables de las penurias que pasamos hoy y de los cientos de muertos, muchos de ellos no contabilizados "oficialmente" al igual que los infectados.

Es momento de la defensa no solo de la vida sino de la viabilidad del sistema democrático y del futuro  de nuestro Perú