viernes, 8 de mayo de 2020
LA LEY Y EL ORDEN
Hará 30 años fui por primera vez a Europa. Mi primera estadía, luego de una semana en Frankfurt, fue Freiburg una ciudad fronteriza con Suiza y Francia que tenía entonces 200 mil habitantes.
Una de las cosas que me llamó la atención fue su mercado al aire libre que se ubicaba en pleno centro de la ciudad al lado de lo que nosotros conocemos como Catedral. Empezaba a las 8 horas y concluía a las 2 de la tarde y los comerciantes dejaban todo limpio tal como permanecía el lugar durante el tiempo que duraba el horario de atención.
Había normas municipales y éstas se cumplían por todos los que vendían y compraban. 30 años después seguro que seguirá siendo así como es en el Perú (desorden, la suciedad, apiñados en lugares donde en muchos casos no se puede vender alimentos) . Es la informalidad traducida en anomia de unos y la incapacidad de las autoridades municipales para revertir ello.
La pandemia nos ha agarrado en un mar de problemas y el comercio en general no podía ser de otra forma. Caquetá, Magdalena, Mayorista, Productores, Terminal Pesquero, Mercado de Frutas, Surquillo y otros son la muestra de un caos donde todos dicen tener "derechos" pero pocos reivindican deberes.
Todos esos mercados tienen a su vez, alrededor de ellos, un mar de ambulantes reflejo de la falta de empleo; de un éxodo de venezolanos el cual no estuvimos preparados para absorber y volvemos a insistir, la incapacidad de las autoridades municipales para formalizar y por ende poner orden.
Entendemos que hay muchos que necesitan ganar algo para subsistir pero qué de los ciudadanos que merecen vivir en una ciudad mejor.
Escucho y leo a muchos sobre la necesidad de muchos de comprar diariamente pero por qué no ha podido ser en orden, en horarios que eviten aglomeraciones y por ende respetando las disposiciones.
Vivimos en una sociedad que urge un shock de formalidad, de respeto a las normas y el cumplimiento de deberes; exigencia que muchas autoridades han demostrado que no son capaces de hacer algo siquiera que palie la problemática. Es hora de pensar de un nuevo orden y una nueva forma de organizar la estructura del Estado.
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